En la tarde de ayer tuve la inmensa fortuna de asistir, en el Auditorio Nacional de Madrid, a una sesión, organizada por la Fundación Excelentia, en la que la Orquesta Clásica Santa Cecilia, dirigida por GRZEGORZ NOWAK y con VADIM BRODSKI como violinista, interpretó algunas de las canciones más conocidas de los Beatles.
Creo que serán muy pocos los autores de música moderna que alcanzarán la gloria de que sus piezas puedan ser transformadas en música sinfónica. En el caso de los Beatles, no solo fue posible convertir sus canciones en música para ser ejecutada por una orquesta, sino que alguna de ellas, como por ejemplo, Michelle, Hey Jude, y sobre todo Yesterday, parecía superar la versión original. Se ha dicho que los Beatles pasarían a la historia de la música por suponer un hito que revolucionó la música anterior. El hecho de que sus canciones puedan ser convertidas en música sinfónica acredita que estaban dotados de un genio creador que les llevó a concebir una música que perdurará en el tiempo.
No he asistido a muchas sesiones de música clásica, pero en ninguna de ellas vi a los músicos exteriorizar su gozo como ayer, incluidos el director y el excelente violinista. Es verdad que los componentes de la orquesta eran en una buena parte gente joven, en torno a los cuarenta años, y que, por tanto, podían sentir muy cercana la música de los Beatles, como propia de su tiempo. Pero había algo más: sonreían, movían los hombros, seguían el ritmo con sus cuerpos, como si las piezas que tocaban estuvieran circulando por su interior, empapando su espíritu hasta los huesos del alma.
El público, de todas las edades, aunque predominaban los coetáneos de los Beatles, asistió enfervorizado, transitando de estados corporales de vivísimo ritmo a otros de apacible calma cuando sonaban canciones como Yesterday.
Aunque lo que yo sentí carece de relieve, diré que estuve todo el tiempo emocionado: mi espíritu viajaba a mi juventud y volvía enriquecido como si ascendiera por las maravillosas notas que idearon para todos nosotros unos músicos geniales que merecen un puesto destacado en la historia de la música.
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