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Blogs Puentes de Palabras por José Manuel Otero Lastres

¿Es que nadie tiene responsabilidad en lo de la pandemia?

José Manuel Otero Lastres el

Seguramente, más de uno se habrá hecho esa pregunta. Y habrá oído por respuesta que ahora no es el momento de depurar responsabilidades. Lo que hay que hacer –nos dicen las voces que dirigen las maniobras orquestales en la oscuridad- es convencer a la ciudadanía para que siga, unida y al pie de la letra, las instrucciones de nuestras autoridades que persiguen acabar cuanto antes con la escalada vertiginosa de contagios.

La conveniencia de que la oposición política posponga la exigencia de responsabilidades mientras está en pleno desarrollo la crisis suele ser habitual: es una petición sensata que plantea todo gobierno que está agobiado por un suceso  tan grave como incontrolable.  Pero no todos los partidos de la oposición que se enfrentan a un acontecimiento de esa naturaleza aparcan las exigencias de responsabilidad. A algunos les puede más el olor a poder de una crisis política que efectuar una leal oposición.

Por poner un ejemplo, estoy seguro de muchos de ustedes recordarán el asunto del Ébola y la actuación que tuvo entonces Pedro Sánchez, como líder de la oposición. En octubre de 2014, y solo con una enfermera contagiada por una posible negligencia propia, Pedro Sánchez, lejos de ponerse al servicio del PP mientras durase la crisis sanitaria, afirmó “Voy a pedir una y mil veces la comparecencia del señor Rajoy en el Congreso para que rinda cuentas por la crisis del Ébola”. Y hasta publicó un tuit en su cuenta personal que decía “Pedí la comparecencia de Rajoy en el Congreso, hoy he visto que el PP  la ha rechazado. ¿Qué tienen que ocultar sobre la crisis del Ébola?”

Hoy, inmersos en la mayor crisis sanitaria de la historia moderna, con una pandemia en la que las últimas cifras hablan de casi 4000 infectados y 90 muertos, el señor Sánchez ha mantenido, primero, una conducta absolutamente imprudente; después, ha ofrecido una respuesta económica claramente insuficiente; y finalmente hasta ha declarado el estado de alarma. Frente a esta muy discutible actuación del Gobierno, el PP, en ejercicio de una ejemplar leal oposición, ha mostrado su apoyo al Gobierno, dejando para más tarde la correspondiente exigencia de responsabilidades.

La conducta absolutamente imprudente del Gobierno Sánchez consistió en no suspender de inmediato las manifestaciones callejeras feministas del pasado día 8. Todo parece indicar que el Gobierno estaba informado del elevadísimo riesgo de contagio del coronavirus y, en lugar de ello, autorizó las manifestaciones, dando lugar a que, por ejemplo, el profesor Walter Ricciardi, máxima autoridad sanitaria italiana, manifestara “fue una locura que España no cancelara el 8-M. Le hicieron un favor al virus”. Puestos a desconfiar como hizo Sánchez con el Ébola, ¿a qué tenía miedo si suspendía las manifestaciones? ¿Temía la cólera de la vicepresidente actualmente infectada?

La respuesta económica ha sido también decepcionante. El Economista.es de hoy resume las medidas económicas de Sánchez indicando que “aplaza deudas, pero no da un euro nuevo a pymes ni cede en su alza de impuestos”. Añade “España rechaza el estímulo fiscal que piden Italia y Francia, pese al avance del contagio”. Y finaliza “ayer fue la peor caída histórica del IBEX 35, un 14,06%”. La pregunta que surge es si Sánchez trata cicateramente a los afectados por el coronavirus para no comprometer los fondos que ya tiene pactados con los socios de la investidura. Lo cual, de ser cierto, sería un caso escandaloso de insolidaridad y de posposición de lo intereses generales a los particulares de Sánchez para permanecer en La Moncloa.

Y, en cuanto a la declaración de situación de alarma, si tenemos en cuenta que los efectos del coronavirus tardan al menos 5 días en hacerse patentes, y la manifestación fue el 8-M ¿qué ha cambiado entre el día 8 y hoy día 13 en el que se cumplen esos 5 días como para declarar la situación de alarma? ¿Se podrá llegar a saber alguna vez que habría sucedido si se hubieran suspendido las manifestaciones?

Me parece que el toro que se nos viene encima es un morlaco de gran envergadura que no podrá lidiar el poco capaz Sánchez. Apenas queda margen para el optimismo, porque estamos en la peor de las situaciones y los encargados de hacerle frente no parecen los más aventajados.

Política
José Manuel Otero Lastres el

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