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Blogs Puentes de Palabras por José Manuel Otero Lastres

Cuatro consejos de Baltasar Gracián

José Manuel Otero Lastres el

En el Post anterior reflexionaba sobre lo mucho que se parecen la vida y la empresa y afirmaba que, al igual que sucede con la empresa, es difícil gestionar con éxito la propia vida. Y es que no hay nadie que pueda garantizar con un mínimo de certeza que si se vive de determinada manera llegará indefectiblemente el éxito vital. Sin embargo, me atrevo a afirmar que, si siguiéramos, al menos, cuatro consejos que da Baltasar Gracián en su conocida obra el Arte de la Prudencia (uno que pertenece al ámbito interno de cada uno y los otros tres a las relaciones con los demás), nuestras posibilidades de acertar en la gestión de nuestra propia vida aumentarían sensiblemente. Veamos.

El consejo que afecta a nuestra esfera interna es el que figura, como número 18:

Combina siempre sabiduría y esfuerzo.

No hay grandeza sin el juego de ambas, pero no tengas ninguna en exceso. Más consigue un talento mediano con dedicada aplicación, que un genio sin ella. La reputación se compra a precio de trabajo, y se valora por él, pues poco vale lo que poco cuesta. Aun para los empleos más sencillos se requiere aplicación, que rara vez se opone al genio. Muchos no son excelentes en un puesto mediano, porque se lo impide la desesperación que tienen por llegar a un cargo más alto, donde no pasarán de ser mediocres. Eso está muy mal. Pero está peor conformarte con ser mediocre en un puesto alto, pudiendo ser excelente en el mediano. Se requiere, pues, que tengas talento natural y el esfuerzo que lo completa.

En este consejo, Gracián, además aludir a dos cualidades esenciales como son la sabiduría y el esfuerzo, nos advierte de la importancia que tiene ajustar nuestras cualidades al puesto de trabajo, para que nadie deje de ser excelente en un cargo por estar en otro de nivel superior.

Los otros tres son los siguientes:

97 “Cómo conseguir y conservar tu reputación.

El fruto de hacer un buen nombre es la reputación. Siempre es altamente apreciada, pues nace de las inteligencias nobles, que son tan pocas como mucha es la mediocridad. Conseguida tu reputación, la conservarás con facilidad. Pero tenerla te obliga a continuar actuando de modo que crezca tu prestigio. Es una virtud en crecimiento que la gente llega a venerar porque marcha siempre hacia lo superior. Pero la reputación fundada en la verdadera sustancia y profundidad es la única perenne”.

Acierta totalmente, Gracián, cuando dice que la única reputación perenne es la que está fundamentada en la verdadera sustancia y profundidad. Pero tengo mis dudas sobre su afirmación de que conseguida la reputación se conservará con facilidad. A mi modo de ver, sucede más bien lo contario: cuesta mucho conseguir la reputación y se pierde con suma facilidad si uno se despista aunque sea ligeramente.

  1. No canses abundando, agrada con ser breve”.

Suele ser desagradable un hombre que insiste en lo mismo y habla y habla. La brevedad agrada y consigue fácilmente lo que se busca. Gana con tu cortesía lo que pierdes por corto. Ya se ha dicho: lo bueno, si breve, dos veces bueno. Y lo malo, si poco, no tan malo. Más obra lo sustancioso que lo farragoso. Es verdad reconocida que el hombre de largo verbo, raras veces es sabio. Evita empalagar a la gente, y mucho menos a las personas destacadas, que viven muy ocupadas, y sería un grave error ganarte el desprecio de ellos. Lo bien dicho se dice pronto”.

En este consejo figura la conocidísima sentencia de Gracián de “lo bueno, si breve, dos veces bueno”. Y es que, como muy bien afirma él, lo bien dicho se dice pronto. Hoy vivimos en el mundo de la comunicación y en los mensajes hay mucha paja y poco grano.

  1. Tu mejor forma de ser: saberte adaptar.

“Dar buen trato es muy útil. A quien le des buen trato se acostumbrará a devolverte igual. La inteligencia y sabiduría se contagian. Procura acercarte pronto a los recién conocidos, y así conseguirás su flexibilidad, sin forzarla: es gran destreza saber adaptarse. Evadir las disputas embellece el universo y produce una armonía natural y moral. Este consejo es válido, incluso para elegir con quiénes hacer amistades, pues al conocer sus grandes diferencias contigo, sabrás buscar cuidadosamente un punto medio de armonía”.

En su último consejo, nos indica Gracián, que la mejor forma de ser es tener capacidad de adaptación. Y viene a sostener que si se trata bien a los demás, ellos nos devolverán lo mismo.

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