Hasta ahora parecía que apostar en política por las mujeres era progresista. La izquierda se venía presentando como la defensora de las cuotas de igualdad e incluso de la llamada discriminación positiva, esto es, en caso de tener que optar por la desigualdad que la balanza se inclinara a favor de la mujer.
Sin embargo, por las decisiones que acaban de tomar con respecto a los cabezas de lista en las próximas elecciones municipales y autonómicas, los partidos de izquierda parecen haberse olvidado de aquellas proclamas.
Como todos ustedes saben, el PSOE ha designado como cabeza de listas a dos hombres: a Antonio Miguel Carmona como candidato a la Alcaldía y al ex ministro Ángel Gabilondo para la Comunidad. Y otro tanto ha hecho IU: el señor Mauricio Valiente encabeza la lista para el Ayuntamiento y Luis García Montero para la Comunidad.
Estas decisiones de los principales partidos de la izquierda parlamentaria contrastan con lo que acaba de hacer el PP, el cual no solo no ha cumplido escrupulosamente lo de las cuotas sino que se ha inclinado por la discriminación positiva: los dos candidatos son mujeres, Esperanza Aguirre para la Alcaldía y Cristina Cifuentes para la Comunidad.
Lo que antecede parece que viene a poner de relieve que por fin las cosas vuelven a su cauce. La elección de una persona para ocupar un cargo no debe basarse en su sexo, sino en su capacidad. Si el PP ha designado a esas dos candidatas pienso que es porque son los políticos más adecuados que tienen para desempeñar los cargos a los que optan. Y creo que otro tanto habrán hecho el PSOE e IU.
Por eso, es más prudente no llenarse la boca con las supuestas bondades de las cuotas igualitarias y afirmar lisa y llanamente que deben encabezar las listas los candidatos que parezcan más adecuados.
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