José Manuel Otero Lastres el 16 nov, 2020 En el XLSemanal de ayer, se publica una entrevista con Pedro Sánchez en la que nos ofrece a los lectores sus gustos literarios. Estoy seguro de que sus respuestas no fueron espontáneas como las de otros entrevistados (Josep María Pou, Nuria Espert o Juan Eslava Galán, por ejemplo): el Presidente, a diferencia de los citados, respondió ayudado por uno o varios de sus asesores literarios. Lo digo porque es habitual que los presidentes actúen de este modo, y sobre todo porque he descubierto algún indicio de ello. Cuando le preguntan sobre sus 10 libros imprescindibles, cita como número 6 “Castellio contra Calvino” de Stefan Zweig. Pues bien, ésta es una de mis obras preferidas y me atrevo a afirmar que nadie que la hubiera leído es capaz de pactar con los filo etarras de EH Bildu. Y ello porque Stefan Zweig, que defiende la valentía de Castellio al enfrentarse con el todopoderoso Calvino (Zweig habla de la lucha de un mosquito contra un elefante), al que reprocha la muerte del español Miguel Servet, escribe: … “Castellio rechaza todos los argumentos de Calvino con estas inmortales palabras: Matar a un hombre no es defender una doctrina, sino matar a un hombre”. Es decir, Castellio jamás justificaría los viles asesinatos de ETA invocando “doctrinas” políticas. Para Castellio una muerte, toda muerte, es solo eso, una muerte, y no se puede justificar por razón alguna. El propio subtítulo de esta obra de Zweig “conciencia contra violencia” pone de manifiesto que alguien que elige esta obra entre las 10 mejores no puede al mismo tiempo pactar con los adláteres de los asesinos etarras. Por eso, me atrevo a afirmar que el presidente no leyó esta obra. Y es que si la leyó y la incluye entre sus favoritas hacer como político lo contrario de lo que defiende la obra es una manifiesta incoherencia. Otros temas Comentarios José Manuel Otero Lastres el 16 nov, 2020