José Manuel Otero Lastres el 22 dic, 2016 Como antiguo votante de la UCD, siento simpatía por muchas de las propuestas políticas de Ciudadanos. Y le agradezco de manera especial dos decisiones de enorme calado que han contribuido a la imprescindible estabilidad de la Nación española. La primera es haber celebrado, tras las elecciones del 20 de diciembre de 2015, un pacto de gobierno con el PSOE de Pedro Sánchez que ayudó a evitar que entrara Podemos en el gobierno de España. Y la segunda haber votado afirmativamente la investidura de Mariano Rajoy tras las últimas elecciones del 26 de junio de este año. Desconozco los réditos electorales que tendrán para Ciudadanos a largo plazo ambas decisiones, pero me gustaría que fueran debidamente premiadas por el electorado. Pero Ciudadanos cometió, a mi juicio, un error político relevante que está empezando a pasarle factura. Y fue que, a pesar de los inequívocos ofrecimientos que le hizo el PP para que accedieran a formar un gobierno de coalición, la dirección del partido prefirió no dar este paso. No dudo que tuvieran sus razones, una de las cuales era, por lo que manifestaron entonces sus líderes, el supuesto cartel de partido corrupto que portaba el PP. A lo que cabe agregar que, por lo visto desde que Ciudadanos saltó a la política nacional, hasta ahora forma parte de las señas de identidad del partido naranja ser más un partido de vigilancia de gobiernos ajenos que comprometerse directamente en las tareas de la gestión diaria de los intereses generales de la ciudadanía. En términos empresariales se podría decir que Ciudadanos prefiere la función de “auditar” la gestión ajena que encargarse directamente de la función de “administrar”. Y claro cuando una formación política, con votos insuficientes para lograr pactos con el imprescindible apoyo parlamentario, adopta además la decisión de dedicarse a funciones de control más que a las de gestión, no puede extrañarse de volverse en cierto modo irrelevante cuando se trata de intervenir en las tareas diarias de gobierno. Sobre todo cuando el PP, que gobierna en solitario, es capaz de pactar con otra formación con votos suficientes en el Parlamento cuestiones tan importantes como el techo de gasto, la subida del salario mínimo o el acuerdo contra la pobreza energética. Puesta en marcha la función de gobernar y viendo cómo el PP cierra acuerdos parlamentarios, considero que Ciudadanos debe abandonar su “timidez” y su asepsia política y reclamar la entrada en el gobierno. De este modo, su presencia en la vida política diaria sería acorde con su relevante peso parlamentario y los españoles se acostumbrarían a verlo como gestores de los intereses de los ciudadanos y no solo como “verificadores” de la imprescindible transparencia política. Otros temas Comentarios José Manuel Otero Lastres el 22 dic, 2016