Un hotel temático dedicado en exclusiva a un equipo de fútbol, Boca Juniors, y a sus aficionados. Un lugar para hablar de fútbol y para soñar con glorias pasadas o futuras. Por ejemplo, en la habitación de Diego Armando Maradona…
En Argentina los restaurantes saben a fútbol. Y en las calles ruedan balones. Y en cuatro de cada cuatro conversaciones revolotea algún comentario sobre la cancha y el pasto, como llama Di Stéfano al estadio y al césped. Argentina vive en estado de fútbol, lo que, dicho así, puede sonar a locura, idea que no estaría muy lejos de la realidad.
Estamos, pues, en el país adecuado para montar un hotel temático de fútbol, el primero según sus creadores, inaugurado este año. Los fans y los viajeros curiosos que pasen por Buenos Aires puede anotar en su agenda un nuevo lugar para dormir o, al menos, para visitar y tomar unas fotos. Se llama Hotel Boca, y desde su entrada, apenas nos separan cuatro kilómetros del estadio del Boca Juniors, La Bombonera, en el barrio de La Boca. Cerca, el Obelisco, la calle Corrientes.
El hotel, de cinco estrellas, es una idea de la empresa Design Suites, que no ha reparado en detalles de lujo y, sobre todo, en guiños futboleros. Para empezar, la alfombra del hall imita al césped del campo, y, luego, unos pasos más allá, de las paredes del vestíbulo, cuelgan botas antiguas y colecciones en blanco y negro de carnés de socios del club, fotos históricas de Marzolini o de Mouzo… Toda una vida.
Cada puerta de cada habitación está ilustrada con una enorme foto-dibujo de un jugador histórico, lo que nos permite pasar una noche en la de Maradona o en la de Riquelme, en la de Tévez o en la de Palermo, por citar unos ejemplos. Y allí dentro, sentir un poco más cerca una pasión difícilmente definible e imaginable, cuando el fútbol es más que importante que la vida.
Pero eso no es todo, desde luego. La fachada está iluminada con los colores de Boca, y un buen número de pantallas LCD simulan un mirador sobre el estadio. La hinchada grita y grita, quizá en un partido contra el eterno enemigo, River Plate. Y los huéspedes -solo hay 85 habitaciones- tienen acceso preferencial a los entrenamientos; pueden visitar el museo de la Pasión Boquense, o tener acceso a entradas para un partido del equipo de sus sueños.
En la televisión hay canales especialmente dedicados a Boca, desde luego. En el bar sirven cócteles con el nombre del club. En el restaurante se puede pedir una pizza de cancha, además de muchas otras especialidades locales. Todo es Boca. Todo es fútbol. Como en la calle.
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