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Eatwith: olvide el restaurante, venga a comer a mi casa

J. F. Alonso el

Los hoteles se enfrentan con incertidumbre al modelo Airbnb y las casas particulares de alquiler. Parece una fórmula de éxito. Ahora, Eatwith adapta esa fórmula a la gastronomía. Su propuesta: olvide la rutina de los restaurantes, siéntese a la mesa de un vecino de la ciudad que visite. Será un menú más casero, más auténtico. Y además, encontrará charla, consejos sobre qué visitar. Aprovechará mejor sus vacaciones. Por ahora funciona en Israel, su país de origen, y en Barcelona.

Un hotel y un restaurante es la asociación más clásica del turismo reciente. Pero internet y una tendencia que podríamos llamar “consumo colaborativo” están cambiando mucho las cosas. A la hora de viajar podemos mirar la oferta de los hoteles, pero también las páginas de alquiler de apartamentos. ¿Por qué no? Y a la hora de comer podemos reservar en un restaurante, seguramente excelente, pero ¿y por qué no reservar un día en una casa particular?

En Cuba, a esa fórmula la llamaron “paladares”. En la isla que se descascarilla por momentos, los paladares eran una forma de que algunas familias obtuvieran ingresos extra. Sin embargo, para el modelo Eatwith, comer en casa de un vecino de la ciudad que visitamos es algo “cool”, lleno de perspectivas emocionantes.

Algo así le ocurrió a un ciudadano israelí, Guy Michlin, durante un viaje a Creta con su familia. Cansados de restaurantes, lograron una invitación en un domicilio particular, y aquella cena, y los consejos turísticos que les dieron entre platos, fue lo mejor del viaje. Entre otra cosas, porque de allí nació la idea para crear Eatwith junto a Shemer Schwarz, un ex de IBM.

La propuesta de Eatwith no es exactamente que invitemos a turistas a cenar a casa. Por el contrario, el anfitrión establece una tarifa. Pongamos algunos ejemplos de Barcelona. Ramón prepara una cena de platos tradicionales españoles para el día 19 por 28 euros por persona; Galileu, una comida a base de pasta por 44 euros, el día 23; Mónica, una cena de estilo mediterráneo, por 31 euros, el día 30… Y así sucesivamente. El turista elige una casa en la que cenar, y paga por ello una cantidad (mediante Paypal). Y Eatwith cobra un 15 por ciento por los servicios.

Los precios que vemos en las ofertas en vigor no son excesivamente baratos. Porque, de hecho, la propuesta de Eatwith es una experiencia de lujo. Trato personal, dedicación exclusiva al invitado, posibilidad de conocer de primera mano la gastronomía y las posibilidades turísticas de la ciudad… La empresa certifica que los anfitriones son de garantía, que el ambiente será atractivo. Y el método de pago implica un buen nivel de seguridad para el huésped.

¿Crecerá está propuesta? No parece descabellado pensar que así será. Como con Airbnb o Housetrip, las relaciones entre particulares, vía internet, abren cada día nuevos e insospechados caminos. Sabrosos en este caso.

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