El lenguaje del abanico
– Quiero que me bese: apoyar el abanico en los labios
– ¿Puede usted venir a hablar conmigo?: abrir el abanico con la mano izquierda y poner un dedo sobre las varillas o hacer que las estaba contando
– Estoy impaciente: golpear un objeto con el abanico
– Espéreme: abrir el abanico lentamente y mostrarlo
– Cuando me vaya, sígame: sostener delante del rostro o los ojos el abanico con la mano derecha
– Indicar la hora de la cita: Abrir un determinado número de varillas
– No saldré de paseo: En una reunión, cerrar el abanico y guardarlo. Si el amante estaba esperando en la calle, se podía dejar el abanico cerrado en el balcón.
En el caso de que la relación entre el hombre y la mujer ya fuese un hecho, aunque secreta, había otros códigos entre los amantes:
– No le cuentes a nadie nuestro secreto: Deslizar el abanico sobre la oreja derecha
– Ten cuidado, nos vigila mi familia : apoyar el abanico cerrado sobre la mejilla derecha
– Cuidado, nos observan: Cubrirse los ojos con el abanico abierto
– ¿Cuándo te puedo ver?: Cerrar el abanico mientras se toca los ojos
– ¿Me quieres?: Presentar el abanico cerrado
Para responder una pregunta, había dos movimientos:
– Sí: Cerrar el abanico lentamente
– No: Cerrar el abanico de manera tajante
Para enviar un beso, se cubrían la boca con el abanico abierto mientras se miraba directamente al amante.
Cuando la mujer quería declarase, tenía todo un amplio muestrario de frases encendidas:
– Me gustas: Abrir y cerrar el abanico y ponerlo en la mejilla
– Soy tuya, pero sufro: Dejar caer el abanico a suelo
– Te quiero: Pasarse el abanico por la mejilla o cubrirse los ojos con él abierto
– Te amo con locura: Apoyar el abanico sobre el corazón
– Pienso en ti todo el rato: Colocar el abanico en la sien y mirar hacia arriba
– Me casaré contigo: Cerrar el abanico sobre la mano izquierda
– Mi corazón es solo tuyo: Entregar el abanico al amante. En el caso de que él no lo aceptase, la mujer lo dejaría abierto al revés para declarar Sin tu amor prefiero morir
También había numerosas maneras de rechazar al pretendiente o amante
– No me interesas: Abanicarse lentamente
– Vete, por favor: pasear el abanico por los ojos
– No me gustas: Protegerse los ojos del sol con le abanico abierto
– No quiero saber nada de ti: Mantener el abanico con la oreja izquierda
– Todo ha terminado entre nosotros: Entregar el abanico a la persona que acompañase a la mujer en ese momento
– Te odio: arrojar el abanico
Complicado, complicadísimo.