Paloma Cervilla el 04 mar, 2016 A estas horas de la noche, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, avanza lentamente por el corredor de la muerte, al que entró el miércoles, y  que le conducirá a la segunda votación de la sesión de investidura, tras el vapuleo de la primera, que se saldó con un fracaso absoluto. Nadie lo ha metido en este siniestro lugar, sino que él mismo se ha adentrado poco a poco en la boca del lobo. En su ingenuidad polÃtica se creyó capaz de articular una mayorÃa de izquierdas, pero el hábil Pablo Iglesias le cerró el paso con una chulesca propuesta autonombrándose vicepresidente y quedándose con los ministerios claves del Gobierno. Demasiada humillación para un partido centenario como el PSOE. Tras este tortazo, el mercadeo polÃtico le llevó a los brazos de Albert Rivera con el que firmó un pacto, que no sirve para nada. Para sorpresa de muchos, Rivera se ha revelado como el mayor entusiasta de un candidato que, como dijo Rajoy en su vapuleo inmisericorde del miércoles, puede ser un “bluff” . A estas alturas, no sé si Sánchez engañó al Rey al hacerle ver que podÃa conseguir los apoyos necesarios para ser investido presidente del Gobierno. O un iluminado que confiaba tanto en su capacidad de persuasión polÃtica que nunca dudó de que Iglesias iba a caer rendido a sus encantos y le iba a permitir cumplir su sueño: ser presidente del Gobierno. O un embacaudor sin escrúpulos que solo querÃa unos minutos de gloria. En ese corredor de la muerte en el que está solo puede salvarlo hoy una maniobra de última hora de Pablo Iglesias. Seguir a Paloma Cervilla en Twitter Otras entradas de relacionadas: Diez frases de Rajoy para aniquilar a Sánchez. Rajoy se mofa del vodevil negociador de Sánchez Rivera traiciona el voto prestado del PP Otros temas Comentarios Paloma Cervilla el 04 mar, 2016