En  los últimos dÃas, o meses, he escuchado al lÃder de Ciudadanos, Albert Rivera, decir lo mismo y lo contrario ante la posibilidad de formar parte de un hipotético gobierno de Mariano Rajoy o de apoyarle para que vuelva a ser presidente.
Unas veces dices que, si su papel es decisivo para que haya gobierno, lo habrá en una semana, como hizo ante el CÃrculo de Empresarios en Sitges. Otras, como le escuché ayer, dice que nunca entrará en un gobierno presidido por Rajoy.
Una no sabe con qué quedarse porque, si Ciudadanos garantiza la gobernabilidad de España apoyando la investidura de Rajoy, tendrá que apoyarlo, sà o sÃ
Por mucho que se empeñe Rivera, está condenado a entenderse con el Partido Popular, a tenor de lo que dicen las encuestas. Otra cosa serÃa que Podemos y PSOE pacten un acuerdo de gobierno y la abstención de Ciudadanos permita gobernar a la izquierda radical. Eso serÃa el fin de Ciudadanos. Aunque también cumplirÃa su palabra en el sentido de que si es decisivo, dejará gobernar.
El dilema que se le presenta a Rivera es grande y por mucho que diga en campaña, la realidad se puede imponer a sus deseos.
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