No me explico cómo es posible que el Partido Popular se hunda cada vez más en las encuestas y no reaccione ante un tsunami que, si no lo frenan, viene para quedarse.
Ciudadanos no solo arrasa a los populares en Cataluña, sino que parece que la ola empieza a extenderse por todo el territorio nacional y amenaza con tumbar el vuelo de la gaviota.
Y, mientras esto sucede, los populares no toman medidas para frenar este avance imparable. Pero no solo el partido, sino también el Gobierno parece agarrotado, sin reaccionar ante episodios tan desafortunados como el tweet del director general de Tráfico, Gregorio Serrano, sobre las maravillas de la conexión a Internet de Sevilla.
No se puede responder así ante un problema tan gordo como el colapso de la AP-6 por las nevadas. Por mucho que algunos conductores cometieran la irresponsabilidad de salir a las carreteras advertidos de la nevada y sin cadenas.
La encuesta de hoy de El País, y las que pueden venir en los próximos días, son igual de favorables para el partido de Rivera y, si ese éxito cala en los ciudadanos, la subida puede ser mayor.
Lo preocupante es que en el PP parece que no le ven las orejas al lobo, o al menos eso parece públicamente, porque en privado reconocen que “la cosa está muy mal”.
Humildad, valentía, quitarse complejos, llamar a cada cosa por su nombre y apartar a aquellos dirigentes que ya solo restan al partido. Estas pueden ser algunas recetas para salir a jugar la partida electoral, con ciertas garantías de éxito.
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