Si en el Partido Popular se piensan que los resultados de Cataluña no son extrapolables al resto de España, es que no se han enterado de nada. El tsunami Ciudadanos está amenazando muy seriamente la hegemonía de los populares en el centro derecha, y solo hay que salir a la calle y hablar con los votantes del PP para darse cuenta de que es así. Los populares lo saben, aunque en público digan otra cosa.
Lo que sucede hoy entre el votante popular no es lo mismo que sucedió hace año y medio, cuando el votante del centro derecha se tapó la nariz para votar a Mariano Rajoy y frenar así la embestida de Podemos. El miedo los atenazó.
Pero el triunfo de Inés Arrimadas en Cataluña ha levantado una ola de entusiasmo en el votante popular, que ha visto que ahora sí es posible la victoria. Si el PP no lo ve y no pone remedio, está perdido.
Rajoy ha sido el presidente que necesitaba este país para enderezar el rumbo económico y dar certeza y seguridad a los mercados, pero tengo mis dudas de que estos méritos le sirvan para ganar el futuro. Hoy, la situación es muy diferente.
Antes de las generales, los populares podrán medir sus fuerzas en las elecciones autonómicas y municipales de 2019. Si Ciudadanos sigue ganando votos y comienza a disputarle al PP alcaldías y comunidades autónomas, todas las alarmas se habrán encendido y no habrá más remedio que darle un lavado de cara profundo a los dirigentes y a los futuros candidatos.
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