¿Se puede ser más irresponsable siendo presidente del Gobierno en funciones? ¿Se puede cometer la torpeza de decir públicamente que el Gobierno maneja la Fiscalía a su antojo? ¿Se puede actuar como si el Estado soy yo en una situación tan delicada como la de Cataluña, dando una oportunidad a un golpista como Puigdemont de salirse con la suya?
Sí se puede, porque para Pedro Sánchez todo es posible hasta, a cuatro días de las elecciones generales, atribuirse la competencia de la Justicia española, porque el poder ejecutivo se le ha quedado pequeño y yo tengo que extender mi poder a todos los resortes del Estado.
Yo ya no sé si es torpeza, osadía, borrachera de poder, o yo qué sé. Pero este hombre empieza a dar un poco de miedo, porque decir estas cosas es considerar a España un país bananero y dinamitar de un plumazo la independencia de los tres poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Aunque parezca mentira, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, respondía ayer así a la pregunta del periodista de Radio Nacional de España, Íñigo Alfonso, sobre cómo pensaba traer a Puigdemont a España: “¿La Fiscalía de quién depende? Pues ya está”.
Esta humillación a la independencia de la Fiscalía causó “sorpresa y estupefacción” en este colectivo y en media España, que recordó a Pedro Sánchez que el Ministerio Público no está sometido a sus órdenes.
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