Visto lo visto estos últimos días, algunos ya piensan que a Mariano Rajoy ya no le queda tiempo para hacer frente al desafío catalán. El espectáculo dantesco que hemos vivido estos días en el Parlamento catalán, donde se ha atropellado la legalidad y se ha dado un golpe de Estado contra la democracia, es un ejemplo de que quizás se ha dejado pasar mucho tiempo, sin tomar medidas contundentes contra los independentistas.
Haya o no referéndum el próximo día 1 de octubre, el daño ya está hecho. Porque ver cómo una parte de España le toma el pelo al conjunto, riéndose del Estado de Derecho en los dos plenos grotescos en los que se ha aprobado la ley de referéndum y la de desconexión, es un ejemplo de que quizás había que haber impedido antes este desastre.
El pesimismo cunde en las filas gubernamentales. Si hay urnas el 1 de octubre, hay muchos que piensan que el PP no volverá al poder en una buena temporada. Una gran parte de los españoles no le van a perdonar haber permitido este sinsentido y no haber aplicado, sin temblar el pulso, el artículo 155 de la Constitución o la Ley de Seguridad Nacional para intervenir la autonomía en Cataluña.
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