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Blogs Pasando por el aro por Emilio V. Escudero

Un diablo azul en Alicante

Emilio V. Escudero el

Llamado a ser una de las sensaciones de la NBA, el jugador del Lucentum Alicante, Kyle Singler, ex de la universidad de Duke, es el primer MVP de la ACB.

En aquel lanzamiento de Gordon Hayward iba soldado el corazón de América. La modesta universidad de Butler -apenas 4.000 estudiantes en el corazón de Indiana- estaba a un paso de hacer historia y convertirse en campeón nacional. Todos los ojos tenían como objetivo el rostro imberbe de Hayward, el héroe de aquella Final Four de 2010. La esperanza era su muñeca. Recogió el balón en su propio campo, cruzó la cancha y lanzó a la desesperada sobre la bocina. Los 70.000 espectadores que abarrotaban el Lucas Oil Stadium contuvieron el aliento. Por un momento, el país se paralizó… pero no hubo milagro.

En medio de la desolación, un hombre celebraba el título en la pista. Kyle Singler, mejor jugador de aquella final con 19 puntos, se había convertido de manera inesperada en el villano más famoso del baloncesto estadounidense. Él había sido el gran culpable de que los «Blue Devils» (diablos azules) dejaran al país sin una de esas historias de cuento con final feliz. Excelente lanzador, el espigado jugador de la universidad de Duke pegó ese día un salto cualitativo camino del draft de la NBA. Sonaba con fuerza para ser top 10 en un año sin grandes figuras, pero prefirió aguardar su turno y estar otro año a las órdenes de «Coach K». «Creo que podemos conseguir que Kyle mejore su técnica y su liderazgo», señaló Mike Krzyzewski, técnico de Duke y seleccionador de Estados Unidos.

Sin embargo, otro buen año  sin éxito final como líder de los «Blue Devils» -16,8 puntos y 6,8 rebotes por partido-, no le sirvió para llamar la atención de los ojeadores de la NBA y su nombre cayó a la segunda ronda del draft. A pesar de haber sido incluido en el quinteto ideal de su división, solo los Pistons, en el número 33, se acordaron de él.

La llamada de Alicante
Un mazazo para Singler, al que el cierre patronal y la llamada del Lucentum le abrió las puertas de la liga Endesa. Sin hacer el ruido que otros, el joven alero se plantó en Alicante para hacerse un nombre. Cuando firmó su contrato -con cláusula opcional para volver a la NBA si se levanta el cierre patronal-, Txus Vidorreta respiró. Ya tenía el líder que necesitaba para su proyecto al frente del Lucentum. Un jugador al que no le asusta la responsabilidad, como demostró ya en su primer encuentro oficial.

Frente al Bilbao Basket, uno de los llamados a dar réplica al Real Madrid y al Barcelona, Singler no se arrugó. 23 puntos, 4 rebotes y 3 asistencias, para un total de 32 puntos de valoración. Una carta de presentación excelente para su estreno.

Más allá de los números, fue su determinación en los momentos calientes lo que llamó la atención. Pidió el balón cuando peor estaban las cosas y, al igual que en aquella final de 2010, lideró la remontada increíble del conjunto alicantino, que entró en el último minuto del partido cuatro abajo (70-74) y que acabó llevándose el encuentro tras un final mágico en el que, de nuevo, Singler terminó sonriendo. Esta vez, la historia sí tuvo final feliz para el modesto, el Lucentum, que encontró en el número «25» su nuevo héroe americano.

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