Emilio V. Escudero el 16 nov, 2010 Esta próxima madrugada (a la 1:00 para los trasnochadores), José Manuel Calderón se verá las caras con la última sensación de la NBA, John Wall… siempre que las molestias que el novato arrastra en pie izquierdo no le impidan medirse a los Raptors. Wall es un base eléctrico con un increíble manejo del balón al que no le pesa la responsabilidad. «Es el jugador más rápido que he visto nunca. No sólo corre como un velocista de élite, sino que a la vez controla la pelota y el tempo del juego», reconocía Rod Strickland, una de las leyendas de la NBA de los 90. En la Universidad de Kentucky, donde compartió vestuario con otros ilustres «rookies» de 2010 como Cousins o Bledsoe, se convirtió muy pronto en el líder de un equipo que arrasaba allá por donde iba. Aunque se quedó sin poder levantar el título de campeón universitario, Wall no se vino abajo y tras ser elegido con el número uno en el pasado draft, se echó a la espalda la responsabilidad de iniciar la reconstrucción de los Wizards. Antes incluso de firmar su contrato con la franquicia de Washington, Wall ya había alcanzado un acuerdo con Reebok para embolsarse 25 millones de dólares (alrededor de 18 millones de euros) por los próximos cinco años. Con el objetivo de crecer y hacer crecer al conjunto capitalino (y con Gilbert Arenas cubriéndole las espaldas), Wall ha comenzado el curso de manera impresionante. Lidera al equipo en puntos por partido (18,1); sus 9,8 asistencias son el quinto mejor registro de toda la liga y nadie roba más balones que él en la NBA (3,2). Con esta carta de presentación, Blake Griffin, el otro aspirante al premio de «Rookie del Año» lo va a tener muy complicado para arrebatarle el galardón al base de los Wizards. Los méritos de John Wall (Juan Muro sería su traducción al español) van más allá. Hasta el momento, es el único novato que ha conseguido un triple doble, algo de lo que sólo pueden presumir por ahora Kobe Bryant, Pau Gasol, LeBron James, Brandon Jennings y Rajon Rondo. Sus 19 puntos, 13 asistencias y 10 rebotes ante los Sixers obraron el milagro. Hay incluso voces que ya piden su participación en el próximo partido de las estrellas, pero su entrenador Flip Saunders, frena la euforia. «Es un joven que cuando ve las luces de la cancha se motiva y logra que su rendimiento crezca, pero hay que dejarle tiempo». NBA Comentarios Emilio V. Escudero el 16 nov, 2010