El mercado de agentes libres de la NBA funciona como un dominó cuyas piezas están situadas una detrás de otra. Las más importantes, colocadas al principio, son las que ejercen fuerza sobre el resto. Solo una vez caen, lo hacen las demás. Pues bien, esa primera pieza, la más codiciada a pesar de su grave lesión, ha hecho el primer movimiento y anticipa un terremoto brutal a partir del próximo 1 de julio.
Kevin Durant habría declinado ya la opción que tenía para continuar siendo un Warrior la próxima temporada (según apuntó ayer Adrian Wojnarowski, gurú del mercado de fichajes en la NBA). Había dudas, sobre todo tras confirmarse la lesión en el tendón de Aquiles que le mantendrá fuera de las canchas durante toda la próxima temporada, pero parece que Durant explorará las opciones del mercado. Cualquier otro jugador se habría quedado tranquilamente, cobrando más de 30 millones mientras se recuperaba, pero no Kevin Durant, que ha preferido cambiar de aires en una operación que será de alto riesgo para el equipo que decida ficharlo. Porque una dolencia como la suya es complicada y no tiene un cien por cien de éxito en la recuperación.
En cualquier caso, será su decisión, a partir del próximo lunes, la que agite el mercado. Durant es el agente libre más cotizado, pero no el único. Hay otras piezas de dominó casi a su altura, como Kawhi Leonard, Kyrie Irving, Kemba Walker, Marc Gasol o Klay Thompson. La siguiente línea. De hecho, en Estados Unidos se habla de que Durant e Irving se habrían reunido ya en secreto para trazar un plan conjunto para asaltar el anillo en 2021.
El terremoto de Durant empujará a esas piezas, pero también a otras más modestas como Nikola Mirotic o Ricky Rubio. Lo reconocía el base -otro de los agentes libres del verano- el otro día durante la presentación de su Campus. El español reconocía estar a la espera de lo que hicieran los gigantes del mercado. De ese terremoto que llegará el próximo lunes y que obligará a las franquicias a maniobrar rápido para hacerse con alguna de las piezas suculentas.
En el otro lado de la balanza, están los Warriors, que podrían quedar descabezados sin Durant, sin Klay Thompson y sin DeMarcus Cousins. Tendrían que tratar de reconstruir el vestuario sin mucho margen salarial, lo que podría alejar del anillo a la última gran dinastía de la NBA.
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