Han pasado ya casi cinco años desde que Doncic se asomara por primera vez a los focos del baloncesto nacional. Fue durante la Minicopa 2012 disputada en Barcelona, en su primera aparición con la camiseta del Real Madrid, donde demostró que no era uno más de los jóvenes talentos que arrasan gracias a su físico en las categorías inferiores. Su manera de subir la pelota y su capacidad para sumar en todas las facetas del juego le hacían diferente y precipitaron su fichaje por el club blanco tras ese torneo.
Desde entonces, Doncic no ha parado de crecer, dando pasos de gigante hacia la elite y confirmando su condición de estrella en ciernes. De gran proyecto del baloncesto mundial. El niño que asombraba en infantiles es ya un profesional que supera los dos metros y que sigue estirándose sin límites. Ayer, ante el Fuenlabrada, el esloveno firmó su mejor partido como jugador blanco. 23 puntos y 11 asistencias (34 puntos de valoración) que le sitúan en los libros de historia de la ACB.
Porque nunca antes un chico de 17 años había alcanzado esas cifras, inalcanzables también para cualquier otro jugador de la Liga Endesa en los últimos diez años. «Las cosas me están pasando muy rápido y estoy muy contento. Tenemos una plantilla de grandes jugadores y todos me ayudan a ser mejor», reconocía Doncic tras el partido que terminó con victoria madridista.
Su espectacular crecimiento ha llamado la atención de la selección española y de la NBA. El base ha puesto su próximo cumpleaños como fecha límite para decidir si juega con Eslovenia o con España. Una decisión que tomará después del mes de febrero y que podría marcar el futuro cercano de la selección ya que Scariolo estaría obligado a decidir entre él, Ibaka y Mirotic.
Por otra parte, su nombre aparece entre los protagonistas del draft de 2018 y no deja de subir en las previsiones. Las más optimistas le sitúan ya entre los tres primeros elegidos, lo que implicaría una marcha precoz a la mejor liga del mundo. Mientras llega ese momento, el Real Madrid disfruta con su juego y él continúa puliendo defectos. «Debe pensar en ser cada día mejor», le aconseja Laso, el hombre que le ha dado la alternativa y la confianza para brillar siendo un adolescente.
ACB