El parte médico del Real Madrid es claro. Rotura del cuarto metacarpiano de la mano derecha. De seis a ocho semanas fuera de las pistas. El desafortunado protagonista del mismo es Pablo Prigioni, el cerebro del conjunto de Etore Messina, que ahora tendrá que buscar alternativas a la baja del argentino.
Sergio Rodríguez es la magia; Llull, el corazón; pero el que pone la cordura en la pista. La cabeza pensante del Real Madrid, ese no es otro que Pablo Prigioni. Más allá de la bronca que el argentino protagonizó con el técnico durante el derbi ante Estudiantes, lo cierto es que el base sigue siendo, a pesar de sus 33 años, uno de los puntales del «Proyecto Messina». Sobre su llegada, hace un año, se edificó el futuro del conjunto blanco, que ve ahora cómo aparece una nueva piedra en el camino (por si no hubiera ya suficientes).
La duda que surge ahora es… ¿fichar un sustituto o tirar con lo que queda en casa? En dos meses, el Real Madrid tendrá que disputar 9 partidos de liga ACB y 7 u 8 de Euroliga. Suficiente carga de trabajo como para que en los despachos del equipo de Chamartín se planteen seriamente la adquisición de un hombre de garantías que pueda ejercer de «cerebro» en ausencia de Prigioni.
Personalmente, uno de los nombres que se me ocurren es el de Carlos Cabezas, que creo que a estas alturas de la temporada aún no ha encontrado un sitio (que alguien me corrija si no es así) y que sería una buena opción, tanto por su condición de nacional como por la calidad que ha demostrado a lo largo de toda su carrera. El problema es que el contrato, por dos meses, podría quedarse corto si el andaluz acaba por hacerse con un hueco en la plantilla. Veremos qué es lo que deciden en las próximas horas Herreros y cía.
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