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El Everest al revés

El Everest al revés
F. Pastrano el

El punto más alto de la Tierra es la cumbre del Everest,  8.848 metros por encima del nivel del mar. En el otro extremo, la tierra no sumergida más baja está en el Valle del Jordán, a orillas del Mar Muerto, donde se alcanzan los 423 m.  debajo del nivel del mar. Everest para abajo o al revés.
Un colosal desplazamiento de placas tectónicas formó hace millones de años el Valle del Rift, que se extiende hoy desde Siria en Oriente Próximo a Mozambique en África. Un hundimiento de tierras que todavía no ha cesado aunque no se perciba a simple vista, dio origen al Valle del Jordán, y el río del mismo nombre recubrió parte de él, dejando sus orillas por debajo del nivel de los otros mares del globo.

Mapa explicativo de la orografía de la zona. Foto: Pilar Arcos.

 

Unos 50 km. al sur de Amán, la capital de Jordania, damos con las primeras orillas del Mar Muerto. Tierras muy áridas que anuncian la proximidad del desierto del Wadi Run. Muy cerca de aquí está Betania, el meandro del río Jordán en el que según la tradición San Juan bautizó a Jesús.
Comienza el Mar Muerto que se extiende durante 76 km. con un ancho máximo de 16 km., enfrente las costas de Cisjordania y de Israel. De noche se pueden ver las luces de Jresusalén. Un dato curioso es que se cree que en las profundidades de esas aguas duermen sepultadas para siempre las pecaminosas ciudades bíblicas de Sodoma y Gomorra.

Piscina infinita del hotel Kempinski, el Mar Muerto y la costa de Cisjordania. Foto: Pilar Arcos.

 

El escaso aporte de aguas y la gran evaporización sufrida a lo largo de miles de años han hecho que sus aguas tengan una alta concentración salina. Mientras que en los demás mares del mundo en cada litro de agua hay disueltos unos 35 gramos de sales, en el Mar Muerto hay más de 360. Esto hace imposible la vida animal o vegetal, salvo para media docena de bacterias. También es la causa de que nos podamos bañar en sus aguas sin que nos hundamos, aunque lo intentemos. Y que el simple hecho de dar unas brazadas se convierta en una actividad fatigosa.

Flotabilidad y baños de lodo en el Mar Muerto. Foto: Pilar Arcos.

 

Darse un baño de barro en las playas privadas de los hoteles de sus orillas es una terapia muy beneficiosa que atrae a numerosos turistas de todo el mundo. Los lodos negros cargados de magnesio, potasio, calcio, bromuro, cloruro sódico y otras sustancias dicen que son muy eficaces para combatir las afecciones de la piel tales como la dermatitis, la psoriasis y algunas alergias. También mejora la artritis, el reuma, las dolencias musculares y la fatiga.

En los hoteles del Mar Muerto hay posibilidades para todos. Foto: Pilar Arcos.

 

Por su parte la gran evaporación hace que las riberas del Mar Muerto sean los lugares más oxigenados del mundo, un 15% más, lo que hace que nos sintamos mejor, y sirve de filtro a los rayos ultravioleta B, con lo que las exposiciones al sol, a pesar del calor ambiental, causan menos quemaduras. ¿Hay quien dé más?

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