Nuevos datos apuntan a que los experimentos llevados a cabo en Marte en 1976 ya demostraron la existencia de vida en el Planeta rojo.
Llevamos más de cuarenta misiones a Marte. Varios rover recorren desde hace años su polvorienta superficie, decenas de orbitadores estudian o han estudiado su atmósfera, su geología, la emisión de gases, la composición del terreno, los casquetes polares, las reservas de agua sobre y bajo la superficie… y todo con el único objetivo de aclarar si allí hubo alguna vez, o hay aún en la actualidad, alguna forma de vida. Hace apenas unos días se incorporó a la lista la misión europea ExoMars, cuyos instrumentos estudiarán con una precisión sin precedentes el metano de Marte para aclarar, por fin, si tiene o no un origen biológico.
Pero la gran pregunta podría haber quedado resuelta hace ya cuarenta años, cuando dos ingenios norteramericanos lograban, por primera vez, aterrizar con éxito en el planeta rojo. Las dos sondas Viking, en efecto, fueron las primeras que proporcionaron a la Humanidad imágenes en alta resolución del planeta, las primeras que estudiaron “in situ” sus características geográficas y analizaron la composición tanto de la atmósfera como de la superficie marcianas. Pero no solo eso. También fueron las primeras en llevar a cabo experimentos científicos destinados a buscar signos de vida en el suelo de Marte.
Sin embargo, aquellos primeros experimentos para detectar vida produjeron una serie de resultados sorprendentes y contradictorios. Uno de ellos en especial, el llamado Experimento LR (Labeled Release), mostró que el suelo de Marte daba positivo para la existencia de metabolismo. Un signo que aquí, en la Tierra, sugiere casi con total seguridad la presencia de vida. Lo malo fue que otro experimento relacionado no logró encontrar rastro de material orgánico, lo que implicaba que no había vida allí. Pero sin sustancias orgánicas, ¿qué es lo que era, o parecía ser, un proceso de metabolización en Marte?
Resultados contradictorios
En los cuarenta años que han pasado ya desde entonces, cientos de científicos han sido incapaces de reconciliar aquellos dos resultados tan contradictorios. Por lo tanto, el consenso generalizado es que las dos sondas Viking no lograron hallar pruebas concluyentes de la existencia de vida en Marte. Pero no todo el mundo está de acuerdo con eso. De hecho, una pequeña minoría de investigadores sigue sosteniendo en la actualidad que los resultados de las Viking sí lograron demostrar que en Marte, después de todo, hay vida.
Entre los que opinan de esta forma destaca Gilbert Levin, que formó parte del experimento LR de las misiones Viking. En un primer momento Levin pensó, como la mayoría, que los resultados no estaban claros, y se limitó simplemente a afirmar que eran “consistentes” con una actividad biológica. Pero a partir de 1997, después de muchos años de nuevos experimentos hechos aquí, en la Tierra, y tras las nuevas revelaciones sobre Marte (que la NASA ha declarado ya como “habitable”), además del hallazgo de organismos terrestres capaces de vivir en condiciones incluso peores de las que se dan en Marte, Levin y su colega Patricia A. Straat empezaron a argumentar que los resultados obtenidos en Marte en los años setenta se explicarían mucho mejor con la existencia de organismos vivientes.
Recientemente, Levin y Straat publicaban un artículo en Astrobiology en el que reconsideraban los resultados del experimento LR a la luz de los hallazgos más recientes en el planeta rojo y las propuestas de que ciertas sustancias inorgánicas podrían “imitar” los procesos que se dan en el metabolismo. Pero ambos investigadores argumentan en su artículo que ninguna de las sustancias no orgánicas propuestas son suficientes para explicar los resultados de las Viking, y que los “microbios marcianos” deberían seguir considerándose como la mejor explicación de los resultados.
Muestras del suelo
Para llevar a cabo el experimento LR, tanto la Viking 1 como la Viking 2 recogieron muestras del suelo marciano, les añadieron unas gotas de una solución de nutrientes diluida y después analizaron el aire justo encima de ese terreno en busca de signos de subproductos metabólicos. Dado que los nutrientes fueron marcados con carbono 14 radiactivo, si los posibles microorganismos del suelo los metabolizaban, el resultado habría sido la detección de subproductos radiactivos, tales como dióxido de carbono o metano radiactivos.
Antes del lanzamiento de las dos sondas, los científicos probaron los protocolos del experimento en una amplia variedad de suelos terrestres, desde los ambientes más áridos, en el Valle de la Muerte, en California, a la Antártida. Y en todos los casos esas pruebas dieron positivo para la existencia de vida. Como medida de control, los investigadores calentaron después todas las muestras hasta una temperatura de 160 grados, para eliminar cualquier forma de vida en ellos, y volvieron a hacer el test, que por supuesto resultó negativo. Para estar del todo seguros de que el experimento no producía falsos positivos, los investigadores volvieron a realizar el test sobre suelos probadamente estériles, como el de la Luna o la isla volcánica de Surtsey, cerca de Islandia. En efecto, en todos esos casos el test resultó negativo.
Una vez en Marte, y tras toda esa batería de pruebas previas, el experimento LR fue llevado a cabo después de que el otro experimento, el dedicado a buscar moléculas orgánicas, no produjera ningún resultado positivo. Fue entonces cuando se produjo la sorpresa, ya que ambas Viking, que estaban a casi 6.500 km. de distancia una de otra, demostraron que había pruebas de metabolismo en sus muestras. Para eliminar la posibilidad de que la fuerte radiación ultravioleta de Marte estuviera causando falsos positivos, ambos módulos recogieron nuevas muestras de suelo enterradas bajo rocas. Pero el resultado de ambos test seguía siendo el mismo.
Además, fuera lo que fuera lo que estaba metabolizando, demostró ser relativamente fragil, ya que la actividad metabólica se redujo significativamente cuando las muestras se calentaron a 50 grados de temperatura, y desapareció totalmente tras guardar las muestras durante dos meses en la más absoluta oscuridad y a una temperatura de 10 grados. Levin y Straat creen que esos resultados constituyen la prueba más fuerte de que aquellas muestras de Marte contenían, efectivamente, alguna forma de vida.
Moléculas orgánicas
Hoy en día los investigadores saben mucho más acerca de Marte que hace 40 años. Uno de los mayores descubrimientos se produjo en 2014, cuando el rover Curiosity detectó allí por primera vez moléculas orgánicas. Durante los últimos dos años, el analizador de muestras SAM del Curiosity ha detectado también metano, hidrocarburos clorados y otras moléculas orgánicas sobre el terreno. Y el hallazgo de moléculas orgánicas en Marte ha reavivado la cuestión de por qué los experimentos de las Viking no lograron detectarlas en 1976. Según explica Levin, existen múltiples razones que podrían explicar estos resultados negativos, entre ellas que el experimento realizado habría necesitado por lo menos de un millón de células microbianas para dar un resultado positivo.
Sin embargo, y a la luz de los descubrimientos más recientes, Levin y Straat creen que sería de la máxima importancia reconsiderar los resultados del experimento LR. Otros investigadores que apoyan este punto de vista han propuesto que las formas de vida marciana podrían darse en forma de metanógenos (organismos que producen metano como subproducto), halófilos (capaces de tolerar altas concentraciones de sal y una radiación severa), o incluso algún tipo de microorganismo “criptobiótico”, capaz de permanecer en estado latente y reactivarse en presencia, por ejemplo, de una solución de nutrientes como la usada en el experimento LR.
“Parece muy prudente -escriben Levin y Straat en su artículo- que la comunidad científica considere la biología como una explicación viable para los resultados del experimento LR. Resulta inevitable que en el futuro haya astronautas explorando Marte, y por el bien de su salud y su seguridad, la biología debería de ser considerada como la primera de las posibles explicaciones para los resultados del LR”.