Es el más pequeño de los planetas del Sistema Solar. Y también el que más cerca está del Sol, nuestra estrella particular. Lo cual hace que sus días, a 350 grados de temperatura, sean realmente abrasadores. No así sus noches, que pueden llegar a ser tan gélidas como 170 grados bajo cero. Un mundo, en definitiva, que reúne todos los requisitos para ser considerado como un infierno para cualquier ser vivo.
Y aún así, un equipo internacional de astrónomos, capitaneados por Alexis Rodríguez, del Instituto de Ciencias Planetarias de la Universidad de Arizona, acaba de incluirlo en la lista de objetos de nuestro sistema en los que podría existir la vida. ¿Como es esto posible?
En un artículo recién publicado en ‘The Planetary Science Journal‘, en efecto, Rodriguez y sus colegas sostienen que Mercurio podría tener ‘glaciares de sal’, y que estos podrían crear, a kilómetros de profundidad bajo la superficie, las condiciones necesarias para la vida. Esos depósitos de sal podrían incluso rodear todo el planeta, lo cual cambiaría para siempre la idea de que Mercurio es un páramo yermo y estéril.
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