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Detectan un potentísimo agujero negro en una galaxia cercana

Detectan un potentísimo agujero negro en una galaxia cercana
José Manuel Nieves el

Solo tiene cien km de diámetro pero genera dos chorros de energía de más de veinte años luz cada uno.

Un equipo de investigadores australianos y norteamericanos han encontrado, mientras estudiaban la galaxia cercana M83, un pequeño pero extraordinariamente poderoso agujero negro. Bautizado como MQ1, es la primera vez que la Ciencia consigue estudiar un objeto similar con tanto detalle.

Hasta ahora, los astrónomos habían conseguido encontrar un pequeño número de objetos compactos y de una potencia parecida a MQ1, pero nunca habían sido capaces de determinar siquiera el tamaño de estos “pequeños grandes munstruos” espaciales.

El equipo dirigido por Roberto Soria, sin embargo, observó MQ1 desde múltiples telescopios al mismo tiempo, y descubrió que se trataba, en cuanto a tamaño, de un agujero negro pequeño y típico, y no de uno mucho más grande como cabría suponer para uno tan poderoso.

Soria, que es investigador de la Universidad Curtin, asegura que MQ1 es de la máxima importancia para comprender cómo se forman, evolucionan y mueren las estrellas en el interior de una galaxia espiral como M83.

“MQ1 se clasifica como un microcuasar -explica el investigador- un agujero negro rodeado de una burbuja de gas a muy altas temperaturas, calentada por dos grandes y potentes chorros que expulsan energía en direcciones opuestas desde los dos polos del agujero negro”.

“El significado de este gran chorro de energía medido en MQ1 va mucho más allá de esta galaxia en particular -afirma Soria-. Y ayudará a los astrónomos a comprender y cuantificar el fuerte efecto que estos chorros tienen sobre el gas que rodea al agujero negro, que es calentado y barrido muy lejos”.

Según el investigador, “esto debe haber sido un factor muy significativo durante las primeras etapas de la evolución de la galaxia, hace doce mil millones de años, porque tenemos fuertes evidencias de que agujeros negros tan poderosos como MQ1, que en la actualidad escasean, eran mucho más comunes en aquel tiempo”.

Estudiando microcuasares como MQ1, los investigadores esperan poder vislumbrar la forma en que el universo primitivo evolucionó, cómo los cuasares crecieron y cuánta energía fue suministrada por los agujeros negros a su entorno. Para hacerse una idea del poder de MQ1, baste decir que el microcuasar más potente de nuestra propia galaxia, llamado SS433, es por lo menos diez veces menos poderoso.

Así, a pesar de que el agujero negro en sí tiene apenas 100 km, la estructura formada por MQ1 es mayor que todo nuestro Sistema Solar, y sus chorros energéticos se extienden a lo largo de más de veinte años luz a cada extremo del agujero negro.

Los agujeros negros pueden variar mucho en tamaño y podemos encontrar algunos con una masa estelar (los que tienen menos de unas 70 veces la masa del Sol) y otros realmente supermasivos, con millones de veces la masa del Sol, como los agujeros negros del centro de muchas galaxias.

MQ1 es, pues, un agujero negro de masa estelar, y se formó como consecuencia de la muerte violenta de una estrella, que al colapsar sobre sí misma dejó como resto una masa de materia extremadamente compacta.

El descubrimiento de MQ1 y de sus características es solo uno de los resultados del estudio de la galaxia M83, que se encuentra “solo” a 15 millones de años luz de la nuestra y que lleva años siendo estudiada por los telescopios Hubble, Magallanes y Chandra, entre otros.

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