Aún recuerdo cuando poníamos a Ben Vaughn en la sala El Sol. Sí, para bailar. Qué cosas. En el 1989. ¡¡Hace 30 años!! Y lo mismo servía una de Ben Vaughn buena, que de Rubén Blades o de Malevaje. Lo cierto, y en honor a la verdad, es que el público era muy generoso y tolerante hasta lugares insospechados. Ahora, salían todos con esa cosa de la Naranja Mecánica de Kubrick a cuatro patas subiendo la escalera de Caracol. Herman Tertsch no, porque se iba antes. Los ventiladores se apagaban sincronizados con los últimos acordes, misterio que se explicaba porque le dábamos al interruptor, y más de uno quedaba perplejo del enigma, mirando el techo. Era todo cuestión de práctica: magia y precisión.
Déjenme que me explaye con algunos recuerdos, como cuando un tal Gusi, gordito, grande, servicial, entró a poner unos discos una temporada, además de ser el cuidador del loro de Flaubert en la calle Pizarro. El loro se escapó, y Gusi también, con la sobrina. El caso es que una de las canciones a las que había tomado el pulso, y ponía en sus microsesiones en la cabina, era de Ben Vaughn. Una de las genialidades de este músico inclasificable, a quien siempre vimos como una gran esperanza dentro del rock & roll. No en vano había grabado discos con Alan Vega, el de Suicide y conocía el rhythm & blues más salvaje con la misma profundidad y fervor que Poyson Ivy o Lux Interior juntas. Aquí en España se hizo un hueco en nuestros corazones, no se sabe muy bien porqué, pero un hueco duradero, como lo consiguió Jonathan Richman, con quien lo comparábamos salvando las distancias.
En unos días Ben Vaughn viene a visitarnos, una cosa bastante relámpago, que suele pasar desapercibida, en plan estrella fugaz. Por si acaso, os recordamos que podéis esperarlo en la puerta, el jueves o el viernes próximo, para que os firme un autógrafo. O intentar como sea abordar el local, preferiblemente comprando una entrada, que aunque son tiempos de vandalismo televisado (ya saben la máxima de Gil Scott Heron) nosotros somos gente muy civilizada. Ahora la nota de prensa, que como podrán comprobar, es mucho más sosa, dónde va a parar. ¡Nos vemos el viernes!
“Ben Vaughn comenzó a publicar discos a mediados de los 80, mudándose a California en el 1995 para trabajar en la industria audiovisual poniendo música a películas tales como “Swingers” y series de televisión como “Aquellos maravillosos 70” o “Cosas de marcianos”. Ha publicado con su nombre una veintena de álbumes, entre ellos uno grabado íntegramente en el interior de su coche favorito (un destartalado American Rambler de 1965), y ha producido infinidad de discos para otros artistas: Arthur Alexander, Charlie Feathers, Alex Chilton, Nancy Sinatra, Ween, Mark Olson, Barrence Whitfield, Los Straitjackets, etc. Desde hace una década Ben Vaughn dirige y presenta, desde un lugar secreto del desierto de Mojave, The Many Moods of Ben Vaughn, un programa de radio que puede escucharse en dos docenas de emisoras de FM a lo largo y ancho de Estados Unidos, así como a través de podcasts. Para estos conciertos españoles Ben Vaughn cuenta con sus cuatro leales compañeros del Quinteto de Ben Vaughn… zzz”
THE BEN VAUGHN QUINTET EN DIRECTO, 2019
31 OCTUBRE – MADRID – FUN HOUSE
1 NOVIEMBRE – MADRID – FUN HOUSE
2 NOVIEMBRE – FUNTASTIC DRACULA CARNIVAL
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