Las canciones pueden en ocasiones alcanzar la estratosfera y volver a caer sobre el planeta como un cohete de los de la Guerra Fría. Los misiles nucleares, por suerte, no nos hicieron estallar a todos por los aires. The Ramones, con sus canciones de dos minutos, sí.
El productor de los cuatro primeros discos de The Ramones, Tommy Ramone, es el mismo que se esconde en los créditos con su nombre auténtico, el de un niño húngaro salvado del holocausto nazi gracias a la astucia de unos vecinos. Thomas Erdelyi, reconvertido en Tommy Ramone y haciendo a la vez de batería, mánager y productor, consiguió junto a Tony Bongiovi dotar de un sonido arrebatador a la banda de Dee Dee, Johnny, Tommy y Joey.
Ni siquiera la producción de Phil Spector, en un intento de reescribir su propia leyenda, conseguiría con el quinto y más popular de sus discos, End of The Century, alcanzar la asociación estímulo-respuesta que provocan canciones como “I Remember You”, “Rockaway Beach”, “Babysitter” o “I Wanna Be Sedated”. Aunque hay quien considera que nunca Joey cantó tan bien como detrás del micrófono preparado por Phil Spector, convirtiéndose a partir de las grabaciones de 1980 en los Gold Star Studios de Los Angeles en el mejor cantante de rock and roll de todos los tiempos. Esto lo aseguran los fanáticos de Joey Ramone sin pestañear.
Tommy dejó la batería del grupo aunque siguió trabajando con ellos. Hoy, recién pasada la noche de San Juan, el segundo batería de The Ramones desde Road to Ruin, Marky Ramone, inhalará el aire madrileño dentro del Festival Transmissions a celebrar en la Casa Encendida en su primera jornada dedicada a la “Ramonesmanía”. Parece que va a decir algo más que “Hey, Ho, Let´s Go”. ¿”Gabba Gabba Hey”? ¿Cantará “Surfin´Bird”? “¿Do You Wanna Dance”? ¿Dirá algo sobre Tommy? ¿Sabrá Marky cuánto hay de cierto en lo que decía Debbie Harry, la musa del punk, sobre The Ramones? Deja tu casa silbando. “Sheena is a punk rocker” es una buena opción.
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