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Blogs Música para la NASA. por Álvaro Alonso

Qué fue de Elvis Presley

Qué fue de Elvis Presley
Álvaro Alonso el

La muerte de Elvis el 16 de agosto de 1977 supuso un acontecimiento mundial en primera plana de todos los periódicos, algo inusual tratándose de un músico de rock and roll que llevaba siete años de declive progresivo, solamente salvado por sus excelentes aproximaciones al góspel de los sesenta y sus posteriores grabaciones en Memphis al final de la década.

¿Quién fue Elvis Presley? ¿Por qué triunfó de esa manera? Estamos a mediados de los cincuenta y las listas de éxito están pobladas de estrellas. No hacía falta alguien como Elvis. O tal vez sí. Tras su eclosión en escena de la mano de Sam Phillips con “That´s All Right” Elvis aportaba una serie de novedades que no tenía el resto: cantaba con una claridad y una impaciencia irresistibles, libre y ajeno a cualquier control. Cuando cantaba daba la impresión de que podía ocurrir cualquier cosa. Le acompañaba el bajo de Bill Black y la guitarra de Scotty Moore en sus primeros cinco singles para la Sun Records, siguiendo la fórmula de grabar blues en una cara y country & western en la otra.

 El fenómeno Elvis explota tras el contrato con la poderosa RCA Victor, cuando bajo la supervisión de Chet Atkins el sonido se electrifica y la batería cobra un papel más importante. La compañía decidió poner sobre la mesa 35.000 dólares para que la Sun se desprendiera de Elvis. De propina, le regalaron un flamante Cadillac. La inversión era enorme y se pudo ver a Elvis durante seis semanas en el programa televisivo de Tommy Dorsey promocionando su primer disco, donde se incluía la enigmática “Heartbreak Hotel”. El tema caló hondo en el público, y a partir de entonces se sucedieron ocho años de hegemonía en las listas, algo que llegó a preocupar seriamente a las discográficas, asustadas con las dimensiones del nuevo reinado.

Además del físico y los movimientos extremadamente sexuales, la voz era uno de los fuertes del cantante, capaz de adoptar múltiples aristas, de invocar sentimientos tan dispares como la desesperación en “Heartbreak Hotel”, la dureza en “Hound Dog” o la dulzura en “Don´t Be Cruel”. Incluso probó suerte pronto como baladista en “Love me Tender”(1956).

RCA Victor siguió sin tregua explotando el filón y decidió publicar Elvis Presley, una argucia con la que poner en su sitio a la miríada de talentos descubiertos por Sam Phillips, como Jerry Lee Lewis, Roy Orbison, Carl Perkins o Johnny Cash, así como otras estrellas como Buddy Holly o el propio Chuck Berry. Se trataba de una astuta recopilación de éxitos del incipiente rock & roll -un estilo nuevo poco menos que descubierto o inventado en 1953 por Alan Freed desde su programa de radio de Cleveland- con temas como el “Tutti Frutti” de Little Richard, “Shake, Ratttle & Roll” de Bill Haley, o el “Blue Suede Shoes” de Carl Perkins. El blues, una de las grandes influencias del estilo de Elvis, estaba también presente con “Trying to Get to You”, así como una canción rescatada del catálogo de la Sun, el “Blue Moon”, luego versioneada con mayor o menor acierto, mayor en el caso de la versión muy posterior de Raúl Malo con sus Mavericks.

En 1957 lanza Elvis Too Much y All Shook Up, con los que su estilo se afianza, aún cuando hay quien ve aquí una dirección demasiado férrea y un diseño con un corsé que aprisiona las posibilidades del cantante, llevándole hacia la dramatización excesiva, con punto culminante en “It´s Now or Never”. Poco quedaba ya del desfogue de la agresividad contenida, la provocación y el sacar afuera los demonios que representaba esa nueva cultura juvenil que fue el rock & roll.

Elvis es llamado un 20 de diciembre para alistarse en el ejército, y pasará en Alemania dos años, volviendo con el grado de sargento. A la vuelta, graba uno de los discos de Elvis que mejor ha aguantado el paso del tiempo. Es 1960 y RCA Victor publica Elvis is Back, un elepé que muestra una versatilidad y una madurez vocal en ascenso. Además de su irresistible versión de “Fever”, original de Little Willy John, este disco se cerraba con dos temas de blues exquisitamente defendidos por Elvis: “Like a Baby”, de Jesse Stone, y “Reconsider Baby”, de Lowell Fulson.

La carrera de Elvis Presley se ve constreñida por una inmersión en el mundo cinematográfico que le tiene enjaulado durante gran parte de los años sesenta. Hasta que en enero de 1969 tiene la bendita fortuna de ir a parar a Memphis para grabar From Elvis in Memphis, otro de los discos del de Tupelo, Mississippi, que han aguantado bien el paso del tiempo. Al frente del proyecto está Chips Moman, y a Elvis le acopañan en el estudio los llamados “Memphis Boys”, con los preciosos arpegios de Reggie Young a la guitarra, Mike Leech al bajo, Bobby Emmons a los teclados y Gene Chrisman a la batería. La batería de Chrisman acaricia y acompaña de manera sublime unas grabaciones donde se encuentran gemas como “Suspicious Minds” o “In The Guetto”. El sonido conseguido por Moman, que utilizó este pequeño grupo de músicos para orquestar conciertos y grabar a artistas tan dispares como Herbie Mann, Neil Diamond, Joe Tex o Dusty Springfied, sigue hoy sorprendiendo, por su atemporalidad.

Tal vez estos dos discos, Elvis is Back (1960) y From Elvis in Memphis (1969) no sean los más conocidos de Elvis Presley, pero junto a sus discos de góspel del 60 y el 67 y su incursión en el country del 71 son los más completos de su extensa discografía. Una discografía compleja y sorprendente, como esos discos longplay a 45 RPM editados en los sesenta en Inglaterra, una rareza que aún hoy pagan bien los coleccionistas. O esos cinco singles para la Sun Records. O sus dos primeros elepés, los que vieron nacer a uno de los mayores iconos de la cultura popular del pasado siglo.

En los músicos que eran niños cuando Elvis Presley apareció en televisión a mediados de los cincuenta aquello fue un auténtico shock. Lo han reconocido tantos que basta con mencionar a tres, o mejor cuatro: Elton John, Randy Newman, Steve Miller y Townes Van Zandt.

Hoy, 38 años después de su muerte, cabe preguntarse qué fue de Elvis Presley. Su imagen, su pelvis, su rostro aniñado, su leyenda de buen samaritano que tanto recuerda a Michael Jackson, la imagen decadente de la etapa final, apenas queda nada de Elvis en el mundo de hoy más allá de la iconografía. Su energía se apaga, como la radioactividad de Hiroshima y Nagasaki, década tras década, lentamente desapareciendo.

 Hasta que llegará un día en que de Elvis Presley no quedará nada, solo una voz fuera en el espacio cantando a la luna, como los grupos vocales que el rey tanto admiraba, o como sus queridos bluesman que aullaban entre ensordecedores sonidos bestiales a orillas del inmenso río.

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