Hay canciones que nos acompañan siempre. A veces son las canciones más tristes, como decía Elton John, las que más se pegan a nuestra piel, como esas arrugas de la felicidad que van surgiendo en el rostro al lado de los párpados. Hay que confesar que hemos vivido. Que hemos reído, que hemos cantado. De entre las canciones que hemos cantado una destaca por su carácter entrañable, como una vieja casa de campo que uno no puede dejar de recordar sin sentir cierta pena, la pena del poeta por un tiempo que se fue y ya no volverá.
Son varias las interpretaciones sobre qué quería decirnos Don McClean cuando estremeció al mundo
con los versos de “American Pie” en 1971. Una de ellas sostiene que es un homenaje al día tal como hoy, un 3 de febrero, en que se estrelló la avioneta en la que viajaba Buddy Holly, Richie Valens y Big Bopper. Puede haber algo de cierto, dado que Don dedica el disco al gran Buddy Holly. También me viene a la mente la canción “That´ll be the day”, donde Holly parece predecir su triste final con tan solo 23 años de edad, el tiempo justo y necesario para convertirse en toda una leyenda gracias a canciones tan hermosas como “Dearest”, “Everyday”, “Rave on” y tantas otras.
Sin embargo, no es la única. McClean parece querer decirnos algo más: que una era termina y comienza otra. Como también intuimos ahora que algo así está comenzando a ocurrir. Una generación nacida con el rock and roll, llena del entusiasmo protagonizado por los jóvenes del mundo entero convertidos en protagonistas de la historia, se acaba para siempre. El mundo a partir de 1970 se vuelve a convertir de nuevo en un mundo donde muchos de los sueños se han vuelto a perder por el camino. Como ahora, lo mismo. El círculo de la vida se repite.
“American Pie” es una canción onírica, de imágenes entremezcladas, desde el horror de”Helter
Skelter” de The Beatles en las manos de Manson hasta el asesinato de Kennedy, “una generación perdida en el espacio, sin tiempo para comenzar de nuevo”. El Rey destronado y sin corona no es una persona en concreto, es esa generación de jóvenes a quienes les han arrebatado su reino.
Todos tenemos algún adiós al que dirigir nuestra mirada, de vez en cuando. Es un adiós que merece ser recordado. Como la canción de McClean y sus dylanianos e indescifrables versos.
¿De verdad hay alguien que no haya cantado entera, alguna vez, “American Pie”, teniendo que dar la vuelta al single para completar las dos partes de la canción? So Bye, bye…
Artistas