Jorge Alonso: «Nick Cave defiende la masculinidad, pero en sus conciertos el público es mayoritariamente femenino»
El autor de «Nick Cave & The Bad Seeds. Compartiendo las semillas» presenta la 2ª edición de su libro tocando las canciones del propio Cave en directo.
Nacido en Gijón en 1977, Jorge Alonso compatibiliza sus cursos de música y cine en la Universidad de Oviedo con la presentación por toda la península de la 2º edición de su biografía sobre Nick Cave, un libro editado por 66rpm en noviembre pasado con un fulgurante éxito y que es fruto del trabajo de cinco años: «mi caminar por la vida ha ido en paralelo con la banda sonora que me proporcionaba Nick Cave». En su interior, un recorrido exhaustivo por la obra de Nick Cave con parada y fonda en las letras de su canciones más importantes.
Para presentar el libro el autor se embarca en una gira que lo llevará a diferentes escenarios de España, como el de Costello en Madrid el pasado miércoles donde interpretó acompañado por Igor Paskual, guitarra de Loquillo, “The Good Son”, “The Weeping Song” y “The Mercy Seat” metiéndose en la entraña del personaje. ¿Hasta dónde? «Yo me identifico con él, pero no soy Nick Cave». Aunque –reconoce- tantos años de convivencia han dejado alguna huella: «cierta querencia a la melancolía o la tristeza que a través de la poesía de Cave he visto como algo creativo».
La idea del libro es «que el lector haga un viaje desde un pueblo perdido de Australia que es donde se cría Cave, en un ambiente calvinista muy cerrado, hasta el lugar que ocupa hoy como artista respetado de la alta cultura». Por el camino tuvo el autor que realizar capítulos más voluminosos: «Es inevitable, no puedo disimular mi predilección por la trilogía compuesta por Let Love In, Murder Ballads y Boatman´s Call. Es a partir de ahí que empezó a tener un canon».
Musicalmente, para Jorge Alonso el legado de Nick Cave es un blues contemporáneo. «Nace en un lugar equidistante del blues y el folk viviendo en sus carnes el punk. A eso hay que añadir Berlín». «Cuando publica From Her To Eternity los fans lo querían matar; se había propuesto ser el Elvis maníaco de Las Vegas».
¿Cuánto hay de farsa en Cave?: «Entre un 40 y un 60 %. Nada en Nick Cave es casual. Lo de ir de traje le surgió tras hablar con los miembros del grupo alemán Die Haut, que le convencieron de que no hay nada más contestatario que ir de traje». «Tras la lectura del Evangelio, Jesús se convirtió en su faro –prosigue el autor-. De lo que hablan las letras de Cave, incluso las canciones de amor, es de la redención».
Esa megalomanía, ¿tiene algún porqué?: «Tuvo una infancia feliz, pero hay un dato en su biografía: nunca se llevó bien con su padre. Nick a los diecisiete años está en un calabozo y su padre, profesor de literatura, muere en un accidente de coche. Cuando años después da la primera conferencia en Londres sobre “el arte y la teoría del duende de Lorca”, se acuerda de su padre».
Dylan, Cohen, Cash -que eligió para sus American Recordings III “The Mercy Seat”-, Robert Johnson, Hendrix, en todos los cantantes que admira Cave hay un alto componente erótico. Y en todos ellos el infierno y el diablo están muy presentes: «Por un lado Nick Cave defiende la masculinidad, pero por otro lado, por algo, la vibración, la forma de cantar, los tonos graves, en todos sus conciertos el público es mayoritariamente femenino. Una vez me dijo una mujer que “Red Right Hand” era la canción más sensual que hubiera escuchado nunca».
No todo es positivo: «Nick Cave quiere hoy ser alta cultura, algo que se ve por los lugares que elige para las presentaciones de sus discos, como museos, o por los teatros en donde actúa. Considera hoy la música popular como el escalón más bajo de todas las artes. Quiere marcar distancia. Creo que se equivoca: no hay que diferenciar entre cultura popular y alta cultura».
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