«Confirmado: otro domingo que no vamos a misa» es el tuit que todos los domingos escribe la revista Mongolia para remarcar su lÃnea editorial. Si ABC publicara un tuit dominical, seguro que confirmarÃa su asistencia. O se unirÃa a los fieles que han decidido seguirla por La 2 después de la propuesta de Podemos de eliminarla de la parrilla.
Basta que fuera un blanco de los morados, y no por penitentes, para que se extendiese como la pólvora un mensaje de «poned TVE2 a las 10.30 para la celebración de la santa misa, estés delante o no… Pero ponla, que después ellos cuentan la audiencia». Y la cuota de pantalla se triplicó hasta el 21,3% desbancando a los documentales de La 2, esos que todos veÃan mientras dormÃan la siesta.
Es moralizante comprobar que mientras Pablo Iglesias crea otro debate como una letanÃa litúrgica, en sus declaraciones de la renta de los ejercicios 2013 y 2014 marcara con una «x» la casilla de la Iglesia Católica según el portal de transparencia de Podemos. ¿Estará sin querer dentro del 70,2% de la población que se considera católica según el último estudio del CIS?
Es lo que se suele llamar en «misa y repicando».
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