Voy a cometer un sacrilegio. No he visto «Juego de tronos». No sé quiénes son los Lannister ni porque Cristina Cifuentes dice que es una Khaleesi. Quizá en estas largas y calurosas noches de verano me ponga una sesión continúa, para descubrir porqué Pablo Iglesias reivindicó la serie regalándosela al Rey.
Aunque en cuestión de lucha por el poder, Iglesias ha demostrado estar en nivel parvulario. «Hemos pecado de ingenuos», reconocÃa desencajado al ver como Mariano Rajoy le adelantó por la derecha negociando con esos nacionalistas que él necesitaba para sus números.
Su candidato para presidir el Congreso, Xavier Domènech, se quedó sin beso en la boca. Después de meses de polÃtica de cara a los medios, con ruedas de prensa hasta el infinito, en un continuo streaming, regresan los pactos cocinados a la sombra, como le gustaban a Txiki Benegas.
¡Ver para creer!  El hombre que parece que no hace nada, dejó con un palmo de narices a sus contrincantes. Primero consiguiendo 14 escaños más el 26J. Ahora jugando con las reglas que parecÃan que eran de otros, apuntándose una nueva victoria el dÃa que se constituÃan las Cortes. Si ya consigue su investidura teniendo a todos en contra, parecerá uno de esos giros inesperados de la saga.
Y vuelven de nuevo los reproches a los socialistas por no responder a las llamadas ni alcanzar «in extremis» una alianza que impidiese que Ana Pastor se quedará con el trono del Congreso.
¿Por qué no han sido capaces de cocinar un acuerdo a la izquierda? Porque están más preocupados en cuáles van a ser sus declaraciones, en sus egos, en ponerse zancadillas… Y no en lograr hechos. Incapaces de terminar ninguna negociación, ni en la anterior legislatura ni en el inicio de esta.
Pedro Sánchez parecÃa que no estuvo allÃ. ¿Ha perdido su sombra como Peter Pan? Abandonó el Congreso sin detenerse a hablar con la prensa, ni una palabra, consciente quizá de que se acaban sus sueños de grandeza.
En tan sólo siete meses de juego, la nueva polÃtica nació vieja.
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