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Blogs Laboratorio de Estilo por María Luisa Funes

Bill Blass, el precursor de la moda americana

Bill Blass, el precursor de la moda americana
María Luisa Funes el

La marca del modisto, fallecido en 2002, lanzará una colección a finales de noviembre.

William Ralph Blass había nació en un pequeño pueblo de Indiana en 1922 sin saber que sería uno de los grandes diseñadores estadounidenses. Su visión de negocio le llevó a revolucionar la moda con conceptos que ahora parecen inseparables de las grandes marcas como el sistema de licencias, uno de los pilares fundamentales de las grandes firmas.
Y aunque su marca cayó en un profundo sueño tras su retirada, poco antes de su muerte, los nuevos propietarios de Bill Blass han anunciado que se lanza su primera colección a la venta online en el mes de noviembre.

Una decisión destinada a poner el valor la personalidad de Blass. Según sus propias palabras, el enorme aburrimiento de su infancia le impulsó a conocer el mundo y buscar la actividad, la fiesta y la belleza. Una vida peculiar, marcada por un padre vendedor ambulante de ferretería que se suicidó y por unos comienzos en la Armada durante la Segunda Guerra Mundial.

Bob Tompkins, su mejor amigo durante el ejército, recuerda como el primer esbozo de su futuro logotipo lo realizó en la litera de una improvisada trinchera en un convento de Luxemburgo en 1944. Aunqueno paraba de dibujar vestidos femeninos en los márgenes de los libros y cuadernos desde su época escolar, Bill tardaría aún 15 años más en crear su primera colección propia. Tras varios intentos fallidos,entró a formar parte de Rentner, una marca femenina para tallas grandes que acabó comprando años después.

Bill fue el primer creador que se presentó a si mismo como imagen de su propia marca, algo que luego replicaron sus «seguidores», Calvin Klein, Ralph Lauren e incluso Diane von Furstenberg. Generoso y necesitado de charla y reuniones sociales, se convirtió en su mejor relaciones públicas.

Su atractivo personal, su extensa red de amigos influyentes y su eterna presencia en todas las fiestas importantes de Nueva York, Connecticut y Long Island, le hicieron conquistar el mercado norteamericano con refinadas y elegantes creaciones que él mismo reconocía que eran de «marcado estilo masculino».

Fue amigo personal de las grandes señoras del país como Jackie Kennedy, Nancy Kissinger, Nan Kempner, Gloria Vanderbilt, Nancy Reagan, C.Z. Guest, Babe Paley, Estée Lauder, Anne Getty o las Rockefeller. Acudía siempre a galas y reuniones benéficas donde la presencia masculina escaseaba. Según sus palabras, «el gordo y el flaco», Bill Blass y el espigado Oscar de la Renta, se convirtieron en clásicos de la noche neoyorquina. Bill fue el primer creador que se integró en la vida de sus millonarias clientas, convirtiéndose en la salsa de todas las fiestas.

Blass creó, en realidad, la moda norteamericana, un estilo refinado pero sin esfuerzo que sigue patente en los creadores de los Estados Unidos. Era capaz de idear un traje de chaqueta de inspiración masculina o el más femenino de los vestidos de noche.

Fue el precursor del rentable sistema de licencias, que tan al pie de la letra siguieron después algunos de sus discípulos. Amplió la licencia de su nombre para crear una colección de perfumes, que más tarde se extendió a prendas de baño y accesorios, todo muy en el estilo de lo que su amiga-clienta Carolina Herrera acabaría desarrollando décadas más tarde con la ayuda del grupo Puig y Textil Lonia, en unas tiendas inspiradas en la decoración y el estilo de Bill Blass.

Y es que su impecable sentido de la estética le hizo dedicarse también a la decoración, un territorio en el que marcó un antes y un después, mezclando con precisión el negro, el blanco y el art decó.

La marca cayó en el letargo cuando se retiró su creador en 1999, varios años antes de su muerte. Esta semana sus nuevos propietarios han anunciado que se lanza su primera colección a la venta online en el mes de noviembre. Bajo la batuta creativa de Chris Benz, un creador relativamente desconocido, prometen recuperar las claves de la elegancia de Blass.

Con un archivo de más de 2,500 piezas, intentarán llevar a cabo una difícil hazaña. Pero, cuidado, el estilo de Bill Blass bien podría ser intransferible.

 

 

 

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