Millones de mujeres se levantan para ir a la oficina cada mañana. En muchas ocasiones, tienen que enlazar las horas de trabajo con una presentación, un cóctel o una cena. Se puede ir correctamente a todo cambiando sólo los accesorios. Un vestido sencillo es la clave de la “transición”.
Combinando un vestido ponible con zapatos planos o de tacón cómodo durante el día y cambiándolos por salones de tacón alto por la noche, daremos un giro completo a la misma prenda.
Durante el día, se impone un bolso “potente” y espacioso, donde poder llevar todos los enseres y gadgets.
Para la tarde-noche, se impone un clutch de mano que aligera el atuendo y se puede llevar bajo el brazo.
Durante el día y en invierno, los vestidos se pueden combinar con un cárdigan gris, como este.
Por la noche, el cardigan negro es una alternativa que queda más vestida.
Y como decía Góngora, “ande yo caliente…”. Una buena capa, todo lo tapa. Una gabardina, un abrigo o una capa en negro o gris, es la mejor “tapadera” las 24 horas del día.
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