Una triste Michelle Obama dejó el otro día el Capitolio para marcharse en helicóptero con el ya expresidente, Barack Obama, y dejar via libre a los Trump. Mucho se ha especulado sobre el destino de la pareja desde entonces.

Parece ser que, tras desplazarse a la Base Andrews de Maryland, donde Obama dio un pequeño discurso, la pareja tomó el avión presidencial, para dirigirse a Palm Springs.

Por poco probable que pueda parecer, Palm Springs ha sido un lugar habitual de reposo para los presidentes estadounidenses tras el mandato. Se trata de una ciudad de turismo de sol y piscina, que se llena durante el año de estudiantes de UCLA y USC en fin de semana, parejas en viaje romántico y viajeros deseosos de buen tiempo.

Aunque las fiestas son sonadas en Palm Springs, que solo está a 110 millas al sudeste de Los Ángeles, el lugar está lleno de campos de golf y buenos hoteles, además de contar con estupendas urbanizaciones y casas espectaculares. Siendo pleno enero, los Obama habrían elegido Palm Springs por su proximidad al desierto y su estupendo clima, ya que la Costa Este ahora espera grandes nevadas.

Los Obama han estado más veces en esta zona, situada junto al Valle de Coachella, tan famoso ahora por el loco festival que allí tiene lugar. Allí se ha alojado en Sunnylands, un retiro para dignatarios importantes, donde algunos presidentes como Nixon y Ford pasaron tiempo tras el final de sus mandatos.

Podrían estar pensando comprar alguna propiedad en el cercano Rancho Mirage, tal y como hizo Gerald Ford, muy aficionado al golf, o bien simplemente descansar lejos de Washington. En cualquier caso, Palm Springs, que no siempre ha tenido tan buena prensa, recibe un espaldarazo de los Obama.