Luis Miranda el 04 mar, 2012 Melodía primera. Hace tiempo que lo veo por todas partes. Me maravilló la primera vez que me lo mandó un hermano de la cofradía para la que se concibió, con toda su rotunda arquitectura barroca plena de sentido, el color azul de la cera de sus nazarenos y un lema que tanto obliga cuando uno se detiene a leerlo: «Charitas Christi urget nos». Hasta el ir y bajar de las letras anunciando cultos parecían obedecer a la misma lógica de columnas y roleos que rodeaba su estampa de retablo.Fuerte de bajos. Desde ese día he seguido viéndolo muchas veces y con otros trajes, pero cada vez que aparece me provoca la íntima desazón que tengo cuando pienso que alguien me quiere tomar el pelo. Un día me llegaba como una hoja volandera en blanco y negro, apenas trucada en dos detalles, en otra ocasión estaba en una hoja mal impresa y al cabo del tiempo ya tenía hasta medallones con titulares y templos de Córdoba, como aquel espabilado que para deslumbrar a un ignorante le estampa su firma a unos versos que nunca serán suyos. Trío y coda. Más que una mentirijilla que sonroja al descubrirse, el cartel que se me aparece tuneado cada poco tiempo y en casas distintas es un símbolo. Podría servir para contar que muchas cofradías no se preocupan por sus cultos y que resuelven las convocatorias con una búsqueda en Google y un programa manejado con poca vergüenza, pero cuando me pongo pensimista pienso que algún día tendremos una Semana Santa de pega y corta, donde lo que se pierde es la firma genial de aquel cartel: «Cayetano González dibujó». Semana Santa Comentarios Luis Miranda el 04 mar, 2012