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Fernando Pons cuenta cómo ha preparado la final de las WSOP: «Espero dar caña»

Fernando Pons cuenta cómo ha preparado la final de las WSOP: «Espero dar caña»
Fernando-Pons, el año pasado en Las Vegas
Federico Marín Bellón el

Un jugador español, aficionado al póker, ha cumplido mucho más de medio sueño americano al clasificarse para la mesa final de las Series Mundiales de PókerFernando Pons, de 37 años, que trabaja como jefe de sección en Leroy Merlin, en Palma de Mallorca, nos concedió esta entrevista justo antes de volar a Las Vegas. Para jugar el torneo más importante del año, cuya inscripción cuesta 10.000 dólares, él solo tuvo que pagar 30 euros, en un satélite clasificatorio que jugó en 888. No le gustan las comparaciones, pero si gana, admite, no le importará que lo llamen «el Moneymaker español». De momento, se ha asegurado un millón de dólares de premio. Aspira a los ocho millones y el brazalete del primer puesto. La acción comienza este domingo por la tarde, cuando en España ya vivamos la madrugada del lunes. 

–¿Eres un profesional del póker? Cuando informamos en el blog de tu clasificación para la mesa final, algún lector comentó que no podíamos llamarte aficionado, por la experiencia que ya tienes en las mesas.

–En este juego, se llama profesional al que solo se dedica a ello. Puedes hacer muchas horas, pero yo tenía un trabajo aparte que es lo que más te importa porque te da de comer. Ahora he cogido una excedencia porque este año me valía la pena, entre torneos y patrocinadores.

–¿El salto a la profesionalización puede depender del resultado en Las Vegas?

–Sí, depende, sinceramente. Si puedo escalar posiciones y conseguir un premio alto me lo plantearé de otra forma. Con el dinero que tengo asegurado ahora puedo sobrevivir sin trabajar un año.

–¿Te han dado facilidades en la empresa?

–Se lo tomaron a bien. Me llegaron a decir: «En tu caso habría hecho lo mismo».

–La sorpresa sería mayúscula al principio.

–Alucinaron. Si no conoces el mundo del póker, de repente te dicen que han ganado un millón y no te lo crees.

Fernando Pons, en acción. Fotos: 888

–¿Cómo empezaste a jugar?

–Hace unos años, con los amigos. Juegas a las cartas y de repente descubres este juego. Empiezas a entenderlo, juegas alguna partidita más, te apuntas a un torneo… Mi padre también lleva toda la vida jugando y eso ayudó.

–Y desde el principio se te dio bien…

–En vivo se me dio bien. Al principio gané algunos satélites para jugar torneítos en el casino, pero online es más difícil al principio. Lo lógico es perder cuando empiezas.

Entrenamiento

El torneo principal de las Series Mundiales de Póker es distinto a todos. Aunque se juega en julio, cuando se llega a la mesa final, con los últimos nueve jugadores, se hace un parón de varios meses, hasta noviembre, para exprimir el rendimiento publicitario del acontecimiento. El público tiene tiempo de sobra para conocer a los finalistas, también conocidos como November Nine, y estos para comerse la cabeza… y entrenar.

–¿Cómo te has preparado para esta gran final?

–Cogí a un entrenador, Sergio García (no es el jugador de golf, que también juega), de Coaching4Dglory. Lleva bastantes años jugando. Estuvo en España, luego emigró por la regulación de las «punto.com» y ahora se ha decidido enseñar, algo que se le da muy bien.

–¿Has aprendido más en tres meses que en los años que llevabas jugando?

–La verdad es que en dos meses hemos hecho un montón de horas.

–Pese a todo, partes con la pila de fichas más pequeña y eres el único sin ganancias en Las Vegas. Como suele decirse, muchos te considerarán el pardillo de la mesa.

 –Al final todo se rige por los puntos que tengas y es cierto que soy el más corto. Todo influye, pero hay torneos en los que llegas el último a la mesa final y los ganas. Otras veces vas el primero y caes eliminado enseguida.

–Partes con doce ciegas. ¿Son suficientes para desarrollar una estrategia? 

–Ahora es una cantidad mínima, pero buscaremos una doblada y entones espero poder dar caña.

(La ciega es la cantidad que pone uno de los jugadores de la mesa en cada mano, de forma obligatoria. Es una cantidad de fichas que va subiendo, a medida que pasa el tiempo. Esto  impide que los jugadores se apoltronen y se limiten a esperar las mejores manos. Si alguien hace eso, acaba perdiendo todas sus fichas sin jugar siquiera).

–Luego vendrá el mordisco de Hacienda. ¿Si te conviertes en profesional, te has planteado emigrar como han hecho tantos jugadores?

–Aquí es horrible. A partir de 60.000 euros se llevan el 45%, pero no me lo planteo porque tengo a toda mi familia en Mallorca. A mi mujer y a mi hija. Si fuera soltero, sí lo podría pensar.

–¿Cómo viviste la regulación?

–Llevo jugando desde el año 2000. Con la regulación, dejé un año de jugar online, pero después, cuando se estabilizó, me puse otra vez y en estos tres años me ha ido bien. Eso sí, yo no me escondo de Hacienda. No quiero marrones. Luego llegan las cartitas. Prefiero dormir tranquilo.

–¿Para tu familia es un sacrificio esta afición?

–Mi mujer siempre ha estado conmigo y me ha apoyado. Sabe como es este mundo y me apoya al cien por cien. Cuando supo que me iba a Las Vegas se puso contentísima y luego, a medida que pasaban los días, lo vivía más que yo. Ahora irá a verme en la final.

–¿Es verdad que solo te costó 30 euros emprender esta aventura?

–Sí. Solo tuve que pagar 30 euros en un satélite de 888. Así me clasifiqué para otro de 250, a la primera, y de ahí a Las Vegas. Cuadró todo a la primera.

Un torneo muy exigente

–¿Cuánto hay de suerte y cuánto de conocimiento para sobrevivir tantas jornadas en un torneo que empiezan más de 6.000 jugadores? (Este año fueron 6.737)

–Para empezar, son siete días, doce o trece horas. El canal ESPN (que retransmite el torneo en Estados Unidos), emite vídeos y ponen lo que les da la gana. Te sacan en dos manos con mucha suerte, pero no han visto las cuatro mil que has jugado. Tienes que tener un punto de suerte, por supuesto, son miles de personas y si no es imposible, pero también hay que jugar bien, elegir bien las jugadas, saber cuándo pagar y cuándo no…

Fernando Pons, en un gesto característico, durante las WSOP

–¿Cómo es tu estilo de juego?

–Si tengo un stack bueno (muchas fichas) soy un poquito agresivo. Ahora, que tendré pocas, hay que buscar el punto ideal, una mano que pueda ser buena.

–Desde fuera pareces una persona muy racional.

–El póker es matemática pura. En este mundo tienes que serlo. Yo le doy a la cabeza.

–¿También estudias?

–Libros enteros de póker solo he leído dos. Ahora estoy con el tercero. Pero vídeos sí he visto bastantes. Si sigo con esto, tendré que hacer un estudio más íntegro del póker.

–¿Utilizas programas estadísticos de ayuda para jugar por internet?

 –Siempre he jugado «a pelo», sin programas de ayuda. Eso sí, me apuntaba algunas manos, para repasarlas luego. Ahora si quiero seguir jugando seguiré dando clases y me instalaré los programas.

–¿Ya eres famoso en Mallorca?

–En la isla, sí. El mundillo es cerrado, pero todos los que juegan y me ven me dedican muchos halagos y se hacen fotos conmigo. Es chocante.

–Eres casi el Moneymaker español.

–El caso es distinto, pero también me lo han dicho. Si gano en Las Vegas me pueden llamar como quieran.

–Durante la primera fase del torneo, hubo algunos momentos importantes, pero uno de ellos fue crítico, cuando cazaste un farol monumental. ¿Cómo viviste esa situación?

–Fue decisivo para mí. Ahí me pongo mucho más contento, al tener el poder de elección y hacerlo bien, que cuando gano una  mano en la que voy por detrás o estoy al cincuenta por ciento. Supuso doblarme. En ese momento me pasaron un montón de cosas por la mente. Tardé dos o tres minutos en decidirme a pagar. Le puse en farol casi desde el principio, pero cuando estás a punto de pagar se te viene a la cabeza todo el torneo, la cantidad de dinero que hay si aguantas. Al final, decidí confiar y salió bien.

–¿Qué factores da tiempo a analizar en ese momento? ¿Te fías también de posibles pistas por su comportamiento físico?

–Miras cómo ha ido la mano. Los tamaños de las apuestas influyen un montón. A partir de ahí, le pones en un rango o en otro. Me fijo más en eso que en el físico, en mirarle si tiembla no. Juego muchísimo en vivo, pero no me fijo tanto en esas cosas. Además, hay jugadores que se pueden aprovechar de eso y hacerlo a propósito. A no ser que sea evidente, es secundario para mí.

–¿Y te preocupa dejar pistas, por tu parte?

–No, porque soy una persona que no hace casi ningún movimiento, ni sonrío, ni hablo en la mesa. Estoy en mi mundo, me tapo la cara. Por lo que me han dicho otras personas que han jugado conmigo, no hay nadie que me note nada.

–¿Prefieres jugar en vivo o por internet?

–Me gusta más en vivo, pero online tienes más opciones, porque te abres diez o doce torneos tranquilamente. No puedo hacerlo todos los días, pero si me pongo, es lo que hago.

En muy poco tiempo conoceremos el final de esta historia. Fernando Pons se enfrenta a cinco estadounidenses, un belga, un checo y el canadiense Griffin Benger, también del equipo de 888. Andoni Larrabe se tuvo que «conformar» con el sexto puesto hace dos años. Solo Carlos Mortensen, que acaba de entrar en el Salón de la Fama, ganó el torneo principal, en 2001, antes del boom del póker que trajo Moneymaker.

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