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El ajedrecista invencible

Magnus Carlsen, triple campeón del mundo, iguala el récord de imbatibilidad después de 110 partidas sin conocer la derrota

El ajedrecista invencible
Magnus Carlsen, fotografiado por Alina l'Ami en Wijk aan Zee
Federico Marín Bellón el

Magnus Carlsen ha firmado este lunes su partida consecutiva número 110 sin perder. El gran maestro noruego, triple campeón del mundo, iguala en el torneo de Wijk aan Zee (Países Bajos) el récord de Sergei Tiviakov, ante rivales mucho más difíciles que los del ruso. En la vieja Holanda, por cierto, el sorprendente líder después de tres rondas es el chaval de 16 años Alireza Firouzja, recién «huido» de su país y todavía sin bandera. Un genio madura, ya cerca de los 30, mientras otro se postula como su relevo.

[El sábado publiqué esta entrada de forma bastante prematura, aunque con Carlsen a los mandos la apuesta era casi segura. En su próxima partida, se enfrentará a otro joven prodigio, también destacado entre los mejores de la clasificación, Jorden Van Foreest]

Carlsen ha vivido un 2019 excepcional, con diez victorias en torneos de élite, y ronda de nuevo cerca la barrera de los 2900 puntos Elo. Solo por la letra pequeña de la FIDE no lidera también las tres listas Elo: ajedrez clásico, rápido y relámpago. En esta última clasificación, el estadounidense Hikaru Nakamura resiste en la cumbre, reducida su ventaja a solo tres puntos.

Carlsen se enfrentó en la primera ronda del torneo Tata de los Países Bajos a su archienemigo Anish Giri. Después de firmar las tablas, también ha empatado contra Yangyi Yu y Jeffery Xiong. Foto: Alina l’Ami

Existía cierto desacuerdo sobre si debían contarse todos los torneos y ajedrecistas posibles o solo aquellos que se enfrentan a rivales de élite. El último hito por alcanzar era el del holandés de origen ruso Sergei Tiviakov, quien se mantuvo imbatido durante 110 partidas entre octubre de 2004 y septiembre de 2005, ante rivales con una media de casi 300 puntos Elo menos que los de Carlsen.

El croata Bogdan Lalic también reclama la misma plusmarca, aunque ante jugadores ya muy inferiores. Más mérito tienen las cien partidas sin perder del chino Ding Liren entre 2017 y 2018, jugando prácticamente los mismos torneos que Carlsen con la desventaja añadida de tener que enfrentarse ¡al propio Magnus! Es una perogrullada, pero el noruego tiene la suerte de no tener que enfrentarse contra sí mismo.

Carlsen lleva cerca de año y medio sin perder y desde enero de 2018, como apunta su compatriota Tarjei S. Svensen, solo ha perdidos dos partidas de ajedrez clásico, contra So y Mamedyarov. En ese tiempo ha ganado 50 y entablado 102.

Mucho se ha hablado, por otro lado, del impulso que ha supuesto para Carlsen la irrupción de la máquina AlphaZero. El ingenio de la inteligencia artificial desarrollado por Deep Mind ha mejorado las prestaciones de un jugador que ya estaban muy cerca de las de las bestias informáticas más letales. El número uno entre los humanos y campeón del mundo desde 2013 parece haber sido el alumno más aventajado a la hora de copias las estrategias y el nuevo enfoque que ha proporcionado al ajedrez el revolucionario programa.

Alireza Firouzja, de 16 años, logró la plata en el mundial de rápidas, por detrás de Carlsen. Foto: Lennart Ootes

Magnus es joven, con solo 29 años, y sigue teniendo la capacidad de mejorar, no solo de resistir a las nuevas generaciones. Entre estas, los peligros son diversos y crecientes. El próximo torneo de Candidatos dirá mucho en este sentido, aunque fuera de la nómina de participantes es obligatorio citar a Firouzja, otro ajedrecista llamado a marcar una época. Con solo 16 años ha superado los 2700 puntos Elo, algo que no lograron en su día monstruos como Kasparov o el propio Carlsen. Solo el chino Wei Yi, otro de los aspirantes al trono en la próxima década, repitió la hazaña incluso un poco más joven. Por supuesto, también hay que considerar a los ya asentados Fabiano Caruana y Anish Giri, entre otros rivales de cuidado, y no conviene olvidar que Ding Liren ha sido el único capaz de vencer al campeón del mundo en unas partidas rápidas de desempate.

Alireza ha demostrado además que no se arruga ante nadie y en sus declaraciones no deja de asombrar por el poco miedo (o incluso respeto) que siente hacia los mejores. En el último Mundial de rápidas llegó a tener contra las cuerdas a Carlsen y solo una desgracia con el reloj le impidió terminar aún más alto. De momento, disfrutemos estos días del torneo de Wijk aan Zee, perfecta piedra de toque para el joven prodigio.

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