Magnus Carlsen se proclamó ayer vencedor de su propio torneo. Sufrió, pero acabó doblegando a sus siete invitados, con la graciosa excepción de Anish Giri, que sin embargo acabó penúltimo, más la estratégica derrota ante Ding Liren, a quien venció cuando importaba, con algo de suerte. El Magnus Carlsen Invitacional ha sido emocionante y en algunos aspectos fundacional, sin ser del todo pionero, y nos ha enseñado que el ajedrez no ha resistido milenio y medio de catástrofes por casualidad. Sobrevivirá hasta que solo quede un ser humano vivo, o puede incluso que ya ni nos necesite.
Se puede extraer otra lección de estas dos semanas de gran ajedrez en Chess24, de emocionantes partidas, errores humanos y sorprendentes giros de guion: si el juego necesitaba algo para volverse más mediático (con todo lo malo que tiene eso) era incrementar su ritmo. Kasparov ya lo intentó en su momento, con éxito moderado. Las prisas no son buenas, pero como espectáculo es mejor ver cuatro partidas rápidas en una sentada que una sola en una dormida. Y sin embargo…
Y sin embargo desde Sitges han sabido adaptarse a la situación y en la primera edición online del torneo Sunway (con la colaboración de Chess.com) se atrevieron a mantener el ritmo más lento de ajedrez clásico. La competición terminó el día 30 con la victoria del gran maestro egipcio Ahmed Adly, excampeón mundial júnior y vigente campeón de África. Sin playa, sin golf y sin spa, ojalá nos podamos resarcir en diciembre, 450 ajedrecistas lucharon por los 6.000 euros de la bolsa de premios, desde 77 países diferentes.
La iniciativa ha sido un éxito que no necesita pruebas, pero por si acaso podemos ver este vídeo, en el que una docena de campeones mundiales celebran lo ocurrido:
Karpov, Anand, Kramnik, Susan y Judit Polgar, Ponomariov, Mariya Muzychuk, Hou Yifan y Topalov son algunos de los astros que quisieron enviar un mensaje de apoyo. Los beneficios del torneo, por otro lado, han sido donados al Hospital-Residencia San Camilo, próximo a Sitges, para colaborar con la lucha contra la Covid-19.
Ha nacido una estrella
Dentro de esta fiebre por el ajedrez online en todo el mundo, con la celebración de cientos de miles de partidas de todos los niveles, con y sin premios, podemos destacar también el acontecimiento histórico que ha supuesto ver a Alireza Firouzja enfrentarse a siete estrellas absolutas. El iraní tuvo sus altibajos, pero ha demostrado que es un elegido. A ritmos altos, su ascenso puede ser aún más rápido, aunque el chaval debe mejorar algunos aspectos psicológicos. Pero son tan obvios los paralelismos con el Bobby Fischer de 16 años que es imposible no pensar en Firouzja como candidato al título en un futuro no muy lejano. Esperemos que se parezca al americano en el ascenso y que se distancie en la caída.
Otro de los grandes momentos del torneo organizado por Chess24 fue la celebración de Anish Giri tras derrotar a Magnus Carlsen. Es mejor verlo que leerlo, aunque cabe aclarar que el primer gesto iba dirigido a los numerosos aficionados que critican constantemente al holandés por su desviación estadística en favor de las tablas.
Copa de Naciones
El espectáculo continúa mañana con la Copa de Naciones, también en Chess.com. El equipo chino parte como favorito, al ser el único con una media de más de 2700 puntos Elo. Sus primeros tableros son Ding Liren, Wang Hao y Wei Yi. Cuenta además con dos jugadoras tan potentes como Hou Yifan y Ju Wenjun.
Tampoco está nada mal el equipo europeo, capitaneado por Garry Kasparov y con grandes maestros de la talla de Maxime Vachier-Lagrave, Levon Aronian y Anish Giri. Sus estrellas femeninas son Anna Muzychuk y Nana Dzagnidze.
Los rusos Ian Nepomniachtchi, Sergey Karjakin y Aleksandra Goryachkina, los estadounidenses Fabiano Caruana, Hikaru Nakamura y Wesley So y los indios Vishy Anand y Humpy Koneru son solo algunas de las figuras de los seis equipos, en el que el llamado Resto del Mundo también tiene mucho que decir, con Teimour Radjabov, Alireza Firouzja y Mariya Muzychuk. No sé si sorprende más que las hermanas Anna y Mariya estén separadas o que el capitán de este último equipo sea el presidente de la FIDE, Arkady Dvorkovich.
Sombras
En el Magnus Carlsen Invitacional se produjeron algunos errores, propios de un torneo primerizo, aunque sobre el tablero primó una competición apasionante y el espíritu general fue de colaboración y agradecimiento por el hecho de haber sido invitados, lo que no deja de ser una deuda excesiva en algunos casos. El más «rebelde» fue el joven prodigio iraní, que sufrió una desconexión no bien resuelta, en su opinión, lo que le costó perder la cabeza en alguna partida posterior.
Del miedo a las trampas habrá que volver a hablar en otro capítulo. De momento, en los torneos de máximo nivel como el de Carlsen no parecen concebibles, aunque no estaría mal preguntar a Topalov. En Sitges, por su parte, los organizadores admiten que era el mayor reto al que se enfrentaban, sobre todo porque en partidas lentas el peligro es mucho mayor. «Ha sido muy difícil poder controlar el 100% de las partidas», reconoce Francesc González, director del torneo, «pero se han establecido muchos sistemas de control que el resto de torneos internacional que se hagan a partir de ahora por internet probablemente copiarán, y seguro que mejorarán».
Nuno Andrade, árbitro principal del torneo, añade que fue triste tener que expulsar del torneo a varios jugadores, incluido algún gran maestro. Todo ello, pese a que hubo videovigilancia de los jugadores y a que era un evento benéfico, en el que la mayoría jugaban por diversión.
Ay, el ser humano…
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