Francia reabre esta semana un caso de hace casi veinte años, el misterioso asesinato del ajedrecista Gilles Andruet, maestro internacional, ex campeón de su país e hijo del conocido piloto de rallys Jean-Claude Andruet. Sacha Rhoul será juzgado después de haber sido extraditado desde Marruecos, donde regentaba un hotel de lujo. La víctima fue hallada el 22 de agosto de 1995, en el río Yvette, unos 20 kilómetros al sudeste de París. Tenía 37 años y murió por los golpes que le propinaron con un bate de béisbol. El móvil: 400.000 francos.
La muerte de Andruet nunca se esclareció del todo. Además de jugar al ajedrez, era un apasionado del blackjack, juego con con el que ganaba (y perdía) grandes sumas gracias a su memoria prodigiosa, en la época de los contadores de cartas. De algún modo, Gilles fue estafado por dos de sus conocidos, Joseph Liany y su hijo Frank, asiduos del restaurante marroquí que Sacha Rhoul regentaba en París, a pocos metros del Arco del Triunfo. Según el relato de Le Point y Paris Match, Andruet se resistió a perder el dinero estafado y aquello le costó la vida.
Los Liany han sido los únicos condenados hasta la fecha. Les cayeron 15 y 7 años de prisión, pero el primero fue luego absuelto y en la actualidad nadie sigue en la cárcel por aquel crimen. Aún hay otra persona implicada, Loïc Simon, un trabajador del restaurante, posible autor material.
El cuarto sospechoso, Sacha Rhoul, que ahora tiene 44 años, logró huir a Marruecos durante la investigación y escapó a la justicia. Se cambió el nombre, se nacionalizó marroquí y durante casi todo este tiempo regentó un hotel de lujo, un palacio que pertenecía a su familia y al que acudían clientes como Johnny Hallyday, Nicolas Anelka y Charles Aznavour.
Solo el tesón del padre de Gilles hizo posible la extradición de Rhoul, en 2010, aunque el Tribunal de Apelación de París ordenó poco después su liberación, bajo control judicial. Esta semana será juzgado, después de tantos años. Se enfrenta a una condena de hasta 30 años de cárcel.
Foto: AFP
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