Los objetivos de Irán en la guerra en Gaza

Irán fue sorprendida por la decisión del liderazgo de Hamas en el interior de Gaza -los hermanos Sinwar, Deif e Issa- de atacar a Israel el 7 de octubre de 2023.

La estrategia de Teherán ha sido doble desde esa fecha.

Irán está poniendo la máxima presión posible sobre Israel para forzar la terminación de su Operación Espadas de Acero y, así, salvar a Hamas de ser aniquilada.

Asimismo, los dirigentes iraníes quieren evitar una guerra contra Estados Unidos (EE. UU.).

El asesinato de siete miembros de la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica iraní en Damasco, el 1 de abril de 2024, entre ellos, dos de sus mandos, Zahedi y Rahimi, ha obligado a Irán a adaptar ligeramente esta estrategia, al menos, formalmente.

Irán ha anunciado su intención de vengarse de Israel, a quien acusa de este ataque contra territorio iraní, dado que, según afirma, los asesinados se encontraban dentro de la embajada de la República Islámica de Irán en la capital siria.

No obstante, el segundo objetivo de Irán, es decir, evitar una guerra abierta contra EE. UU., es más poderoso que sus anuncios de llevar a cabo represalias contra Israel.

Teherán cuenta con Hezbollah y con Hamas para cumplir con los objetivos mencionados.

El comportamiento de Hezbollah desde el 7 de octubre de 2023 tiene un doble propósito.

Hezbollah busca forzar a Israel a que distribuya sus recursos militares entre su operación en Gaza y la necesidad de proteger el norte de Israel para impedir la desaparición de Hamas.

Por otro lado, Hezbollah debe frenar que el Líbano sea arrastrado a una guerra.

La campaña de Hezbollah contra las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) es de carácter limitado, aunque está impidiendo que decenas de miles de israelíes vivan en el norte del país.

El precio que Hezbollah ha pagado por ejecutar este plan, hasta el momento, ha sido la aniquilación de 200 de sus guerrilleros.

El caso de Hamas es distinto.

Hamas es la rama palestina de los Hermanos Musulmanes, que aspiran a cumplir su visión histórica de crear un Califato desde Marruecos hasta Bangladesh.

Hamas se ve a sí mismo como la alternativa a la Autoridad palestina y su fin es conseguir el control completo de todo el sistema palestino en Cisjordania, además del que ya ejercía en Gaza antes del comienzo de la operación militar de las FDI.

La creencia de Hamas es que puede ser la punta de lanza del movimiento “desde el río hasta el mar”, es decir, de la eliminación del Estado de Israel, y, para ello, quiere desencadenar una guerra regional y obligar a Irán a que intervenga en ella.

Esta es la razón por la que es difícil imaginar que Hamas quiera buscar una solución negociada con Israel para concluir la guerra en Gaza.

En definitiva, el fin de Hamas al lanzar su ataque contra Israel en octubre de 2023 fue sabotear el surgimiento de una nueva arquitectura regional en el Oriente Próximo, dentro de la cual Arabia Saudí e, incluso, la propia Autoridad palestina fueran los siguientes en normalizar sus relaciones con el Estado de Israel a través de Acuerdos Abraham nuevos.

De ahí el intento de Yahya Sinwar -líder de Hamas en el interior de la Franja de Gaza- de provocar una guerra regional de frentes múltiples contra Israel, que ha fracasado.

Los países árabes moderados y del Golfo, por su parte, quieren acabar con el control que Hamas ejerce sobre Gaza, debilitar, con ello, el eje de la resistencia que maneja Irán y sacudirle un golpe definitivo a la ideología de los Hermanos Musulmanes en la región.

La guerra de Gaza ha desacelerado la estrategia de todos estos países de normalizar sus relaciones con Israel, cuyo atractivo ante los ojos de aquellos ha disminuido temporalmente.

Las monarquías árabes no quieren verse involucradas en este conflicto, a la vista de la presión que tanto Teherán como la calle árabe están poniendo contra Israel.

Irán es un actor regional poderoso, si bien, racional, y las monarquías árabes deben apaciguarlo no por amor, sino, más bien, por temor.

El estado de la cuenta de resultados de la guerra en Gaza para Irán muestra en la columna de los ingresos que Teherán no ha tenido que pagar ningún precio elevado por operar su red de apoderados terroristas en el Oriente Próximo.

No obstante, Irán deberá revisar esta estrategia porque la muerte de soldados estadounidenses provocada por los rebeldes hutíes ha colocado al régimen de Teherán muy cerca de una guerra contra EE. UU., circunstancia que Irán quiere evitar a toda costa.

Aun así, la línea de los costes para Irán es elevada porque no ha impedido que Israel desarrolle su operación en Gaza, gracias a la cual el 80% de los efectivos de Hamas han sido eliminados.

Al final, el futuro de Hamas será el indicador clave del rendimiento de esta guerra para Irán.

La victoria de Irán será enorme, si Hamas sobrevive y su fracaso será monumental, si Hamas es aniquilado e Israel retoma el proceso de normalización con Arabia Saudí.

A Israel le queda por resolver el dilema de qué hacer con Hezbollah en el futuro, después de que, junto a Hamas, estos dos apoderados de Irán en la zona hayan lanzado más de 12.000 misiles contra su territorio y más de 120.000 ciudadanos israelíes sigan desplazados de sus domicilios.