Los 3 anexos secretos del ‘plan Zelensky’

NB: Este artículo fue publicado anteriormente en El Economista.

El 26 de septiembre de 2024 el presidente de Ucrania presentó a Biden un llamado ‘plan Zelensky’.

A Zelensky le gusta definirlo de forma pomposa e ilusa como ‘el plan de la victoria’, a pesar de que, en el fondo, no es más que el de su supervivencia política, a la vista del rumbo hacia la derrota militar de Ucrania en el campo de batalla.

Este proyecto es un atajo irreal mediante el cual Zelensky quiere involucrar abiertamente a Estados Unidos (EE. UU.) y a sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en una guerra contra la Federación de Rusia.

La finalidad sería alcanzar lo que no se ha conseguido desde febrero de 2022.

La ambición de que este diseño se ejecute antes de que Donald Trump tome posesión como presidente de EE. UU., el próximo 20 de enero de 2025, sólo puede ser fruto de la desesperación o de una alucinación inconmensurable de Zelensky.

Zelensky presentó su programa al parlamento de Ucrania y a la Unión Europea (UE) el 16 y el 17 de octubre de 2024, respectivamente, después de su visita a Washington, D.C.

El plan consta de cinco puntos, que son públicos.

El primero trata cuestiones de naturaleza geopolítica, los dos siguientes hacen propuestas sobre materias militares y de defensa, el cuarto aborda asuntos económicos y el último presenta proposiciones de seguridad.

Esta maquinación enloquecida comienza con la exigencia de que Ucrania sea invitada “incondicionalmente a la OTAN de manera inmediata” porque se cree que, así, “Putin sabrá que sus cálculos geopolíticos han fracasado y la paz para Ucrania estará más cerca”.

Zelensky explicita en este proyecto que “el ingreso en la OTAN significa también la inevitabilidad de la integración europea para Ucrania”.

El segundo epígrafe versa sobre asuntos de defensa y en él se enumeran los sistemas de armas que Ucrania le reclama a sus aliados occidentales para poder continuar con la guerra.

La lista de la compra es ambiciosa.

Las Fuerzas Armadas de Ucrania exigen que se levanten las restricciones al refuerzo y al uso de material de defensa aérea, de sistemas de armas de largo alcance y de datos de satélite y de inteligencia en tiempo real.

Kiev requiere de los países occidentales esas capacidades para atacar el territorio de Rusia.

Asimismo, se demanda de los miembros de la OTAN el equipamiento de las brigadas de reserva de las Fuerzas Armadas ucranianas, el derribo de los drones y de los misiles rusos e inversión en la industria de defensa ucraniana.

El tercer título del plan está dedicado a la disuasión.

Ucrania demanda de EE. UU. y de la OTAN el despliegue en su territorio de un paquete de disuasión estratégica suficiente para proteger al país de cualquier amenaza militar de Rusia.

El cuarto capítulo del plan está dedicado a la economía.

Ucrania ofrece a los países de Occidente un acuerdo para la inversión conjunta en sus recursos naturales para producir alimentos y en sus yacimientos de metales críticos, como el uranio, el titanio, el litio o el grafito.

El quinto punto está relacionado con la seguridad.

Ucrania quiere, tras la derrota deseada de Rusia, reemplazar contingentes militares estadounidenses destacados en Europa por unidades ucranianas experimentadas en guerra moderna, utilizar armas occidentales y cooperar estrechamente con las tropas de la OTAN.

Lo más llamativo del ‘plan Zelensky’, en cualquier caso, es que contenga tres anexos secretos, sobre cuyos contenidos sólo existe un conocimiento parcial.

El punto sobre defensa tiene un anexo confidencial, al que sólo pueden acceder los países que dispongan de las capacidades de asistencia militar adecuadas.

El apartado sobre disuasión también contiene un anexo no revelado y ya lo han recibido los líderes de EE. UU., Reino Unido, Francia, Italia y Alemania.

Por último, el capítulo sobre economía cuenta con un anexo reservado y sólo será compartido con los países que Ucrania designe.

Las razones para el optimismo sobre una resolución pacífica e inmediata de la guerra en Ucrania son escasas, si se compara este plan con el discurso que el presidente Putin de Rusia pronunció en el Ministerio de Asuntos Exteriores en Moscú el pasado 14 de junio de 2024.

Los objetivos de Rusia son la neutralidad de Ucrania, sin adhesiones a la OTAN, ni a la UE, la derrota militar y la desaparición del gobierno de Zelensky y el reconocimiento indiscutible de la soberanía rusa sobre Crimea y sobre las regiones de Luhansk, Donetsk, Zaporiyia y Jerson.

El ‘plan Zelensky’ es una invitación para que EE. UU. y la OTAN se impliquen en una guerra abierta contra Rusia.

Si así lo hicieran, se activarían las cláusulas de la doctrina militar de Rusia por las que utilizaría su arsenal nuclear para anular la amenaza a su soberanía nacional y a su integridad territorial.

El reconocimiento de la existencia de estos anexos secretos ha agravado la desconfianza de Rusia sobre las intenciones de Ucrania, de EE. UU. y de los países de la OTAN y de la UE.

Asimismo, dicha admisión atiza las cábalas sobre cuáles son las corporaciones que estarían detrás de la entrega del control sobre los recursos naturales y minerales ucranianos.

El último intento de Ucrania de sondear a Rusia, a través de Turquía, para explorar un acuerdo de paz fue cancelado por Zelensky por órdenes de Washington y de los países de la OTAN, que deberían ser muy cuidadosos con los pasos próximos que dan en la guerra de Ucrania.