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Blogs Salsa de chiles por Carlos Maribona

Un hotel gastronómico en Tenerife

En cuanto sea posible, apoyemos a los hoteles canarios

Un hotel gastronómico en Tenerife
La Caleta de Adeje desde una terraza el hotel
Carlos Maribona el

Además de bares y restaurantes, los hoteles son los grandes damnificados por la pandemia. El cierre obligado, y la incertidumbre de cuándo y cómo será la reapertura, les deja en una situación extremadamente preocupante. En este blog nos hemos ocupado estos días de recordar algunas comidas de fechas recientes. Y entre ellas creo que es importante incluir también a los restaurantes de hoteles, en los que volveremos a alojarnos y en los que volveremos a comer cuando esto pase.

Me van a permitir hoy hablarles de un hotel de lujo del sur de Tenerife, el ROYAL HIDEAWAY CORALES RESORT, en la Caleta de Adeje, que de la mano de su director, Fernando Turnes, se estaba convirtiendo en uno de los hoteles canarios con mejor oferta gastronómica. Y seguro que, cuando reabra, mantendrá esa apuesta por la buena gastronomía. Aunque sin estrellas por el momento, no está muy lejos su oferta de la del Abama, al menos no lo estaba en febrero.

Bocadillo de rabo de ternera y salsa picante. Maresía

Tres son los restaurantes del hotel: Maresía, Il Boconccino y Starfish, con estilos y cocinas muy diferentes. El primero, el más ambicioso, cuenta con la asesoría de los hermanos Padrón, de El Rincón de Juan Carlos, probablemente los mejores cocineros canarios del momento. El segundo es un italiano de nivel, con un cocinero sólido y experimentado al frente: Niki Pavanelli. Y el tercero, el más informal, el único que abre a mediodía, con una oferta muy centrada en los pescados canarios. Les cuento lo que comí en cada uno.

Ravioli de parmesano y caldo de lentejas. Maresía

MARESÍA. Muy bien este restaurante que, como digo, cuenta con la dirección de los hermanos Padrón. Si no quieren llegar hasta El Rincón de Juan Carlos y están por el sur de la isla esta es una buena opción. Se come francamente bien, con un menú muy redondo que combina algunos de sus clásicos (esos fantásticos ravioli de queso parmesano y caldo de lentejas) con otros nuevos, incorporados expresamente.

Coliflor frita y trufa negra. Maresía

Junto a esos ravioli, platos de muy alto nivel como el bocadillo de rabo de ternera y salsa picante del principio, la coliflor frita con trufa negra (en febrero estaba aún en plena temporada), la cigala con curry de guisantes o la molleja de ternera con remolacha y yogur ahumado. Aparente sencillez en el plato, con los mínimos ingredientes, y por encima de todo mucho sabor. Añadan los buenos postres de Jonathan Padrón, como el de violetas, crema de plátano, brioche de naranja y helado de palo cortado. Siento no poder decirles los vinos porque he perdido las anotaciones.

Cigala con curry de guisantes

IL BOCONCCINO. Un agradable restaurante de cocina italiana, con un chef que me gustó, Niki Pavanelli, sobre todo en las elaboraciones más clásicas, y especialmente en la pasta, y un buen maitre-sumiller, también italiano, Gionathan Sinigaglia (que nos preparó unos negroni impecables). Para empezar, focaccia casera con lardo di colonata, y stracciatella sobre caponata y albahaca.

Gionathan Sinigaglia preparando un negroni. Il Boconccino

Francamente buena la pasta, unos cacio e pepe con trufa, y muy arriesgado el risotto a la zafferana con osobuco con regaliz. Muy bien el arroz, más discutible el juego con la carne y el regaliz. Notables los canelones a la vaccinara, por encima del cordero con alcachofa y trufa. En los postres, el brioche con almendra siciliano estaba muy bien. No tanto otro arriesgado plato dulce a base de berenjena a la brasa, chocolate blanco, mandarina y sésamo, tan complicado como desequilibrado. Buena bodega italiana, como ese blanco Pietra Marina 2013 de Benanti.

Cacio e pepe con trufa. Il Boconccino

STARFISH. El más informal, abierto también al mediodía, cerca de la piscina. Nos recibe un buen expositor de pescados y mariscos, la mayoría canarios, aunque no todos. Para mi sorpresa, el maitre me ofrece tortilla de merluza (de la isla Graciosa), cebolla rellena y un salpicó de ñocla al estilo de Lastres. Pronto me lo aclara. Tanto él como el segundo de cocina son asturianos. Buena señal. Muy rico el salpicón, también la tortilla, con un pilpil de la propia merluza, y poco ortodoxa la cebolla rellena, en una versión que incorpora foie fresco encima. Innecesaria concesión a los guiris que son mayoría en el hotel. Pero un buen detalle ese guiño astur.

Tortilla de merluza de la Graciosa con su pilpil. Starfish

Como pescado elegimos un cherne de considerable tamaño, con una pinta muy buena. Una pieza de lujo. Nos lo hacen a la parrilla, perfecto de punto, acompañado con las preceptivas papas y sus correspondientes mojos rojo y verde. Para terminar, una notable mesa de quesos canarios, con protagonismo de los excelentes de Finca de Uga, incluido su almogrote. Y más queso, este en forma de una correcta tarta. Ojo a la interesante carta de vinos de las islas. Me gustó mucho Los Tabaqueros Pie Franco, de La Palma.

Cherne a la parrilla con sus papas. Starfish

Ya queda menos para que reabran los restaurantes. Y los hoteles. En los primeros tiempos el turismo tendrá que ser nacional. Si pueden, viajen a Canarias, viajen a Tenerife, y alójense allí. Y coman allí. Por ejemplo en este estupendo Royal Hideway Corales.  O en el que prefieran. Lo importante es que ayudemos entre todos a recuperar nuestra principal industria, la del turismo.

Restaurantes Españoles

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