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Blogs French 75 por Salvador Sostres

Pasad un muy buen verano

Salvador Sostres el

Me cuesta desear a la gente que pase un feliz verano porque lo asocio a las vacaciones y a no trabajar y me pongo nervioso. Pero este año me siento inclinado a hacerlo. Pasad un muy buen verano. El mejor verano que podáis. Gastad lo que aún os quede. Disfrutad de la agradable sensación de levedad. La caricia del sol y de la brisa. Si podéis id a Ibiza. No penséis. Simplemente gozad, y guardad en la memoria las bellas imágenes para cuando llegue septiembre, o octubre.

La inflación. Desde que Nixon quitó el patrón oro el papel no vale nada, y vale menos cuando los que imprimen son socialistas, que siempre se pasan imprimiendo. La subida de los carburantes, en otoño llegaremos a los 3 euros y tendremos que recurrir a la energía nuclear para autoabastecernos. Además no hay dinero para pagar a tanto que no quiere trabajar o -es lo que hay- sólo quiere trabajar ocho horas. Por eso te digo que ahora que aún puedes flotes por última vez sobre esta vida tuya como suspendida en la Gracia y te vayas a Ibiza y te despidas de los gintónics y las paguitas y las playas haciendo el signo de la ola con la mano.

Cada crisis tiene sus especificidades pero siempre responde al mismo patrón: demasiada gente se pasó demasiado tiempo sin trabajar, o queriendo cobrar más de lo que producía y tratando de engañar a los demás. El Covid nos asustó pero fue sólo durante un rato, y las paguitas por no trabajar nos sedaron. Todavía hoy la gente se permite decir “es que yo no quiero vivir para trabajar”. Pero tú, ¿para qué te piensas que vives?. Todos vivimos para trabajar. Cuando tu trabajo no es el centro de tu vida, estás muerto. Vas a estar muerto en septiembre. Vives para tu trabajo y para tu familia, que es lo mismo. Y si no te gusta tu trabajo es que algo has hecho mal, como si no te gustan tus hijos. Vivimos para cumplir con nuestras obligaciones y para crecer en este cumplimiento, y para hacer crecer la economía y la esperanza. Esto es lo que fundamentalmente hacemos. Esto es lo único que hacemos que no sea perder el tiempo o preparar el agujero para futuros batacazos.

Sería todo un detalle que Pedro Sánchez dimitiera. No ha sido un buen presidente pero podría redimirse si ante el sufrimiento que nos espera tuviera la generosidad de hacerse a un lado y dejar paso a un presidente y a unos ministros intelectual y políticamente capacitados para hacer frente a la dura realidad que nos espera. La última deslealtad de Zapatero fue alargarse en el poder cuando ya sabía el dolor que íbamos a padecer y que no tenía ninguna idea válida para hacerle frente. No sólo nos sumió en más miseria de la que estrictamente nos tocaba, no sólo dejó con su presidencia a España cautiva y arruinada, en las peores condiciones para afrontar una crisis de alcance mundial, sino que además se quedó cruelmente un rato más a ver cómo nos desangrábamos. Lo mismo hizo Montilla en Cataluña, al frente del tripartito.

Sánchez es socialista y hará lo que hacen los socialistas: es decir, hacernos daño. Y lo hará todo el tiempo que aún necesite su vanidad para calmarse. No esperen elecciones antes de enero de 2024. Me gustaría estar equivocado. Me gustaría pensar que esta vez un socialista será capaz de pensar distinto y de no ser tan egoísta y mezquino. Dejemos una puerta abierta a la esperanza. Pero sólo porque somos católicos y no marxistas, y nuestra fe no se basa en la utopía sino en que de verdad el Señor puede cambiar a los hombres.

Tomad vuestros trenes, vuestros aviones. “These are the days of miracle and wonder/ This is the long distance call”. Notad cada don del verano en la pereza y en la piel, en la humedad, en la temperatura, en los cuerpos afines que aún podáis conocer. Cuando llegue otoño acabarás suplicando lo que hoy te ofrecemos y rechazas con arrogancia y con desprecio. Y tu problema será que ya no estará disponible y que tendrás que hacer el doble a mitad de precio. Por otros motivos que tú ahora no comprendes, y que no tienen que ver con mi desprecio, sino con que las cosa son simplemente así, a veces, puede que yo esté a tu lado, en la hilera. Pero tú ahora no pienses en nada. Ve a Grecia tranquilo. Cómprate un helado.

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