Narcos

La morfina. El crack. Seguir soñando. Estar borracho cada tarde a las cuatro. Meterse en la cama a las seis y no levantarse hasta la mañana siguiente y otra vez vuelta a empezar. Hay una Cataluña narcotizada que no quiere despertar. El cielo tiene playas donde evitar la vida. Laura Borràs (Junts) ofrece a sus votantes la penúltima dosis para no tener que asumir el fracaso, el dolor, la mediocridad. Hay mediocridad en todas partes pero hiere más si queriéndote alzar, no alcanzaste nada. Algunas encuestas señalan que Borràs podría ganar las elecciones. Si no lo consigue será por poco. El independentismo sabe que ha sido derrotado y no se siente con fuerzas para intentar más que simulacros. Pero aún no quiere curarse, todavía no está preparado para escuchar la verdad y busca una voz que le cante una nana. “Ya no sabré morir sin mentiras”. Los que se preguntan cómo puede ser que tenga opciones una candidata tan limitada no exageran en la limitación pero sí en lo que esperan de los catalanes. La morfina. El crack. “Vuelve Cataluña”, dice Illa, y sería hermoso, pero las calles están aún atestadas de zombis que sin poderlo evitar simplemente se desintegrarían con sólo ponerse a pensar en regresar.