Podemos desprecia la libertad y su ideología constituye el más humillante insulto a la libertad que la Humanidad ha conocido, y eso sin contar los cadáveres.
Pero el problema de la prensa española no es Podemos, cuyas intimidaciones y amenazas se circunscriben al ámbito casi doméstico de las redes sociales. La Asociación de Prensa de Madrid tenía muchos deberes pendientes antes de ocuparse de las migajas de Podemos.
Si Pedrojota no es todavía el director de El Mundo no es porque se cansara, o porque Pablo Iglesias le insultara o le amenazara. Si El Periódico de Cataluña está justo donde el Gobierno le necesita no es tampoco porque Irene Montero dicte sus editoriales como si fuera Pasionaria en una de sus míticas arengas. Que El País, con el bueno de Antonio Caño al frente, parezca el corderito de Norit del PP, y tenga que sublimar su mala leche insultando a Trump cada día, hasta por el tipo de carne que come, tampoco lo han conseguido a golpe de tuit Echenique o Monedero.
“Sin reinas bastardas no hay monarquía. Lo dice hasta Ansón: ¿de qué come Ussía?”. Con estos versos memorables resumió Joaquín Sabina mucho más de lo que incluso él podía imaginar cuando los escribió.
Los socialistas cuando mandaron fueron terriblemente sectarios con los medios de comunicación. Lo de mi admirado Felipe González fue extraordinario. No sé si amenazaba -porque yo entonces no estaba- o con controlarlo absolutamente todo le bastaba. En cualquier caso, once again Pedrojota pagó un elevado precio personal, que ninguna “víctima” de Podemos ha estado ni remotamente cerca de pagar, por investigar los GAL.
Rajoy es más discreto y no necesita pavonearse. Ni vídeos ni amenazas de saldo y esquina le han hecho ninguna falta. Le sobra inteligencia para tener que mancharse y a su manera gallega tiene mucha más clase. Como hizo con los socialistas el año en que vivimos sin Gobierno, y como está haciendo con el independentismo, dejó que los medios de comunicación que le hacían la puñeta se cocieran en su insolvencia hasta que corrieron a pedirle ayuda, y se la prestó, sobre todo indirectamente, a través de algunas de las empresas del Íbex 35 (o similares). Seguramente no tuvo ni que pedirles nada a cambio. Bastó el alivio para que reaccionaran.
Que Podemos es un partido de chulos y matones nadie puede dudarlo. Pero igual de chulo, de matón y de cobarde es pretender dar lecciones de libertad de expresión y de prensa en España y empezar por los insignificantes tuits de Podemos.
Tal vez llegue un día en que ser valiente en nuestro país signifique enfrentarse cuerpo a cuerpo con Podemos. Ahí estaremos y les ganaremos. Pero todavía no ha llegado este momento y la libertad es un ejercicio diario. Y esto te lo digo yo, que siento una gran simpatía por el actual Gobierno y por su presidente, y que pienso que son la gran suerte que España tiene.
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