Salvador Sostres el 30 jun, 2015 A los que culpasteis a Aznar de los trenes de Atocha, a los que dijisteis que lo de las Twin no fue un atentado sino una conspiración sionista para criminalizar al mundo árabe, a los que creéis que el yihadismo es lo menos que como respuesta merece el imperialismo americano, a los embarcados en flotillas hacia Gaza vais a darle a Israel lecciones de libertad y de democracia; a todos vosotros quiero expresaros mi más profundo agradecimiento. Gracias. Muchas gracias en nombre de los decapitados por el Estado Islámico. Gracias en nombre de los que murieron en la jaula, incendiados o ahogados. Gracias porque sin vuestra complicidad, sin vuestro apoyo moral y sin vuestra condescendencia, nada de esto habrÃa sido posible. Gracias por confundir a las vÃctimas y a los verdugos, porque el caos es la cuna del terrorismo. Gracias a los que despreciáis al presidente Rajoy y a sus polÃticas europeas porque sois la clase de debilidad mental que el terrorismo precisa para hacerse fuerte. Y gracias también por querernos procurar el atraso venezolano, porque en la miseria y la desesperación hacen su agosto los criminales. Gracias porque como dijo Aznar en la entrevista que le publicamos del domingo, si continuáramos en la actual dirección de firmeza polÃtica y estabilidad presupuestaria tendrÃamos una prosperidad y un crecimiento espectaculares. Y eso no es lo que queremos. ¿Para qué Ãbamos a quererlo? ¿A quién podrÃa importarle la vida, la creación de riqueza o la seguridad y tranquilidad de su familia? Nosotros lo que queremos, cuando insultamos a los Estados Unidos y criminalizamos a Israel, es abrazarnos a los yihadistas. A ver si explotan y nos matan. Éste es nuestro proyecto, al que servimos sin descanso, y con una admirable eficacia. Por eso emocionado os doy las gracias en nombre de los turistas ejecutados en la playa y de los que encerraron en un coche para dispararles un misil desde la distancia. También os mando mi más cordial saludo de parte de los que murieron de rodillas con un cable de explosivos atado al cuello. Éste es vuestro triunfo. Este es vuestro odio llevado a sus más elementales consecuencias, de las que nadie con dos dedos de cerebro podrÃa extrañarse. Esto es lo que pensáis traducido a la verdad contable. Muchas gracias. De verdad. Mi hija y yo nunca vamos a olvidaros. Otros temas Comentarios Salvador Sostres el 30 jun, 2015