Mis amigos los socialistas hacen ahora la pantomima del indignado por lo que ellos llaman “el uso partidista de las instituciones” que ha hecho Mariano Rajoy, declinando de momento el encargo del Rey de formar Gobierno.
Si alguien ha utilizado, retorcido y pisoteado las instituciones democráticas de este país para favorecer sus intereses partidistas han sido los socialistas. Si alguien ha desatendido cualquier mínima idea de bien común para alcanzar el poder y aferrarse a él, han sido los socialistas, con su cinismo y su juego sucio, y su tic guerracivilista de llamar fascistas a sus adversarios políticos.
Pedro Sánchez, en su afán por ser presidente y conseguir en el mercadeo lo que no le dieron las urnas, está dispuesto a pactar con la mismísima extrema izquierda, anticapitalista, antisistema, y de inspiración venezolana; con lo que demuestra no tener ningún sentido de Estado ni ninguna lealtad al conjunto de los españoles, incluyendo a los que le han votado.
Son tiempos extraños, son tiempos marcianos. Nos hemos quedado sin buenas opciones y tenemos que elegir la menos mala. Aunque admito que es discutible, desde un punto de vista institucional, rechazar un encargo del Rey, estoy absolutamente convencido de que no hay mejor modo de preservar las instituciones democráticas que evitando que la extrema izquierda totalitaria, valga la redundancia, acceda a ellas.
Pedro Sánchez intentará en los próximos días poner las instituciones democráticas españolas en manos de los que quieren cargárselas: Podemos, de un lado, y del otro, los independentistas catalanes, con quien también busca un pacto.
El PSOE necesita a un líder serio, consistente, valiente, que pueda ser una alternativa fiable de Gobierno, y no una amenaza. El PSOE necesita un candidato capaz, homologable y con las suficientes luces para entender no sólo que Podemos va a destruir España, sino que va a empezar por Ferraz.
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