La Reina y el saludo nazi

El vídeo de La Reina con sus padres cuando tenía siete años. Mi abuela en broma cantaba la Internacional para reírse de los gandules que no iban a trabajar. Yo todavía levanto el puño cuando oigo disparates “adquiridos”, como un tic o como una rendición cuando entiendes que por mucha razón que tengas acabarás pagando en un país de jueces marxistas en que todo despido es improcedente.
El padre de La Reina resultó ejemplar en su firmeza contra el nazismo, e Isabel II con su majestad guió a su pueblo en el camino de la recuperación después de la devastación de la Segunda Guerra. 

Este vídeo es irrelevante, no explica ningún secreto inconfesable ni es la metáfora de nada. Pero su publicación es decepcionante porque juega a banalizar el esfuerzo de una soberana que ha dedicado su vida a servir a su pueblo, con inteligencia y con amor, siempre con sobriedad, con elegancia y con altísima fidelidad. Que The Sun haya cometido la bajeza de airearlo es lo que cabe esperar de The Sun; pero que medios españoles supuestamente serios le hayan dado publicidad sin poner los ojos en blanco, y sin denunciar la canallada, indica lo muy precario que es el debate público en nuestro país y por qué esperpentos como Podemos son una amenaza real y no la payasada extraparlamentaria y marginal que en cualquier país avanzado estarían condenados a ser.

La Reina es la figura más relevante del siglo XX que todavía sigue con vida. Ha sido un ejemplo de liderazgo y de servicio, y su defensa de La Civilización ha sido el símbolo de una libertad cuya importancia, a veces, por tanto relativismo, hemos llegado a olvidar. La Reina es la explicación del valor y el sentido de la monarquía. Su pueblo la adora y ella nunca ha faltado a su deber con su entrega incondicional y precisa, emocionante, perfecta en las formas e indiscutible en el contenido.

Podemos hacer broma, como siempre los necios se burlan de lo significativo; podemos decir que no es democrática o acusarla de ser un anacronismo. Estupideces todas ellas que palidecen ante el gesto real de una dama que ha sabido tensar el arquetipo de una Humanidad moderna, espiritual y cumplidora, enérgica en su capacidad de trabajo y brillante en la proyección al mundo de aquello en lo que cree y que son los grandes valores que tiran de nosotros hacia un futuro libre y seguro.

La Reina es lo contrario del nazismo, del comunismo, del relativismo, de la mezquindad oportunista que hay tras la publicación de este vídeo. También lo contrario de estos jovenzuelos españoles que presumen de periodismo y son una parodia de cualquier idea de este bello oficio y de la todavía más hermosa libertad.

El problema de los que siempre quieren demostrarnos su increíble capacidad para ensuciar los logros más extraordinarios del Hombre es que nunca son capaces de ofrecernos nada más que su penosa destrucción como alternativa. Estamos solos para defender las categorías.