ABC
| Registro
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizABC
Blogs French 75 por Salvador Sostres

El pobre Ramón

Salvador Sostres el

El pobre Ramón Lobo escribe en Twitter lo siguiente: “Ayer comí con una amiga. El camarero preguntó dirigiéndose a mí: ¿va a tomar vino? Respondí “no” y se llevó las dos copas. Mi amiga saltó: “yo si voy a tomar vino”. Esto es machismo ambiental del que ni siquiera somos conscientes los tíos. Gracias por hacérmelo ver, Gemma”.

Juan Carlos Girauta le contesta: “Planchabragas”.

Los camareros han de tener un solo interlocutor en cada mesa. Un camarero no puede dirigirse a cada uno de los comensales porque entonces es un caos y es imposible organizar en serio una comanda. En una mesa tiene siempre que mandar uno, hacerse cargo de lo que quieren sus acompañantes y trasladarlo al camarero de una sola instrucción. Esto es muy difícil hacerlo bien y tienes que conocer la casa para saber lo mejor que puedes obtener de ella y por dónde tiende a fallar, de modo que puedas prever el error y sortearlo. En el caso que nos ocupa, muy probablemente, el camarero preguntó “van a tomar vino”, y el pobre Ramón tendría que haber preguntado a su acompañante si quería y dar una sola respuesta al camarero que incluyera las dos voluntades.

Hay que decir también que almorzar sin vino es pobre, es de pobre Ramón, y una tremenda falta de respeto no beber si una señora bebe. Asumo que el pobre Ramón, y los pobretones como él, esto no van a entenderlo, pero dejar que una señora beba sola es una descortesía, es una desatención y es una forma de abandono.

El camarero hizo bien dirigiéndose al hombre de la mesa, a pesar de que sólo fuera el pobre Ramón, porque es otra regla básica de la cortesía en el servicio no dirigirse a una señora si ella previamente no se ha dirigido a ti. Esto también será machismo para muchos. Para mí es civilización.
El pobre Ramón ha demostrado patológicas dificultades para entender el mundo y el alma, y por lo que escribe -no sólo en este tweet- es obvio que tampoco sabe comportarse en los restaurantes. Es tan menor que hace dudar a los camareros de si no merecería la pena hacer por una vez la excepción de dirigirse a la señora de la mesa. Es una duda razonable. Si a partir de ahora te ocurre, Ramón, no es que el machismo ambiental haya sido superado sino que los camareros han leído a Girauta y saben que no eres más que un pobre planchabragas.

Bebe un poco, anda. Y paga.

Otros temas
Salvador Sostres el

Entradas más recientes