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Blogs Que la fuerza te acompañe por Alfonso M. Arce

La importancia de un buen entrenador

Repasamos las claves para saber escoger a esta importante figura

La importancia de un buen entrenador
Alfonso M. Arce el

Es imposible enumerar los artículos, reportajes, anuncios y un largo etcétera de contenidos que tienen un denominador común, la promesa de resultados notables, rápidos y sin esfuerzo. Da igual si el lazo que le ponen se denomina “programa express 22” o la rutina del “mago chú”, la cuestión es que se generan falsas expectativas que suelen acabar en demandas de lo más disparatadas a un entrenador o entrenadora.

Como en cualquier profesión, los hay buenos y malos. Un médico puede haber estudiado su carrera, su especialidad, un doctorado y aun así ser malo. Los motivos por los que esto sucede en algunos casos son inexplicables, en otros tienen una causa evidente, da igual. Si una obra mal realizada en casa puede ser un quebradero de cabeza, imaginemos por un momento los problemas derivados de seguir las indicaciones de un profesional cuyas recomendaciones, si no son adecuadas, te pueden llevar a una lesión o a que odies hacer ejercicio para el resto de tu vida, cosa que puede ocurrir.

Ni todos los entrenadores son buenos, ni todos son buenos para ti en concreto. Vamos a darte algunas claves para que sepas reconocer qué es importante y qué no a la hora de tomar esta decisión:

Un entrenador no es un atleta

Puede darse esa circunstancia, pero no es necesaria. Piensa en los numerosos campeones del mundo cuyo entrenador no ha ganado nada o, incluso, no ha tenido una carrera profesional como atleta. Que una persona tenga un rendimiento de élite en la competición, no garantiza que sepa empatizar con las necesidades de una persona que acaba de empezar o que tiene serias dificultades por su falta de actividad física. En otras ocasiones pueden ser personas que asimilan de manera excepcional las instrucciones de un entrenador, pero no son capaces de transmitirlas de igual modo.

No te dejes llevar por las apariencias físicas

Ver a alguien con cuerpo digno de una competición de culturismo no implica que sea mejor entrenador que uno con tripa cervecera. Igual los resultados físicos del primero son fruto del entrenamiento prescrito por el segundo.  Hay muchos entrenadores de campeones olímpicos cuyo aspecto se corresponde más al del estereotipo de abuelito que pasa las horas leyendo cuentos a sus nietos.

Los títulos no son garantía

Es necesario que los profesionales de la salud tengan sus títulos pertinentes, pero no existe una relación directa entre cantidad de diplomas y calidad profesional. Puede haber alguien con tanta formación que igual donde más valor puede aportar es escribiendo un libro y no sabiendo corregir una sentadilla a un cliente. Observa si es una persona muy demandada o no, el tipo de clientes que tiene, observa cómo les entrena, qué les dice.  Es posible que de esta manera obtengas mucha más información de un entrenador que leyendo su currículum.

Si necesitas algo muy específico, busca especialistas

Una preparación para una maratón nada tiene que ver con alguien que quiere empezar su carrera en la halterofilia. Y como en muchas profesiones, saber absolutamente de todo en profundidad, es complicado. Si tienes claro un objetivo y ese objetivo es muy concreto, busca al especialista. En términos generales, para  alguien que quiere empezar a ponerse en forma, este punto no es relevante, pero hay tantos casos como personas. Más aún si lo que quieres es una preparación concreta para un deporte, caso en el que los conocimientos técnicos sobre el mismo pasan a ser imprescindibles.

Asegúrate de que conectáis

Puede que aun siendo un excelente profesional, falte eso que llamamos química. Puede ser cualquier cosa, pero es alguien con quien vas a machacarte y eso cuesta, imagina si te cuesta el doble porque no conectas con tu entrenador. El fracaso está asegurado. Te recomiendo una entrevista previa, que te cuente cómo trabaja, su sistema, etc.

Y una vez te hayas decidido:

  • Exige un plan. Un plan no es una tabla, es una dirección en la que vas a caminar. Una progresión. No se trata de que te emborraches de información al principio, es cuestión de marcar objetivos y etapas. Metas parciales.
  • Escucha y sé humilde. Aunque hayas leído muchos artículos ¿puedes llegar a imaginar los que ha leído él o ella?
  • No cuestiones los resultados hasta que no hayas completado tu plan. Ni mañana ni pasado vas a conseguir nada, incluso aunque te parezca que lo has hecho.
  • Comunícate. Todo profesional necesita información de su cliente. Primero cíñete a sus indicaciones y luego cuéntale tus impresiones.
  • Te va a costar esfuerzo. Obtendrás lo que tú des, tanto física como personalmente.

Exige a tu entrenador atención y profesionalidad. Exígete a ti mismo esfuerzo y respeto. Con esta combinación, esos resultados que parecen falsas promesas, se harán realidad. No hay atajos. Y que la fuerza te acompañe.

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